En Monte Sinaí el COVID-19 se sumó a la pobreza, falta de servicios básicos, problemas de drogadicción, violencia y analfabetismo, entre otros.
"La situación en Valle Hermoso es muy dura; la mayoría de familias ha perdido el trabajo; nosotros ayudamos a que Smiler vaya al hospital y cuando salió tuvo medicina terapista; también ayudamos a que se entregue a la familia kits de alimentos porque con Smiler viven otros ocho niños, de entre 2 y 12 años, a cargo de su abuela", cuenta a Sputnik Dennise Rosado, una líder comunitaria de la zona.
La gran mayoría de los habitantes de Monte Sinaí se dedican a las ventas informales, pero la pandemia dejó sin trabajo a un 90% y, al no tener una dirección postal como referencia, les es más complicado encontrar un trabajo.
Vigilancia
Rosado tiene 25 años, un hijo de siete años y 6 meses de embarazo; es líder comunitaria desde los 19 años y ahora es parte de un grupo de 80 líderes que velan por el bienestar de los pobladores de Monte Sinaí.
Magdalena Zambrano, de 47 años, también es líder comunitaria en Monte Sinaí y al igual que Rosado se encarga de visitar los hogares para detectar problemas de salud, falta de medicinas, entre otras cosas.
Entre marzo y abril, los meses más duros de la pandemia en Guayaquil, cuando en la ciudad colapsaron los servicios sanitarios y funerarios, en la cuadra donde vive Zambrano todos se contagiaron del COVID-19; ella hacía el seguimiento de cada caso, procurando que se hagan las pruebas PCR y tengan la respectiva atención médica.
El virus también llegó a la casa de Zambrano y toda su familia se contagió, incluida su hija Brithany, de 8 años, quien tiene 76% de discapacidad física e intelectual.
"Primero se contagió mi esposo, luego yo, mi hijo Allan y por último Brithany. Quedé en shock cuando le salieron las pruebas positivas (…) no esperaba que mi hija se contagiara", comenta Zambrano.
Zambrano contactó a DyA y la asistencia llegó oportunamente: la niña recibió atención médica, tratamiento y acompañamiento para superar la enfermedad.
Tras varias semanas de tratamiento, Zambrano y toda su familia lograron vencer al COVID; ella se reintegró a sus labores de líder comunitaria y recorre nuevamente las calles de Monte Sinaí para ayudar a quienes lo necesiten.
Unicef y DyA, en coordinación con el Ministerio de Salud y la participación activa de pobladores de Monte Sinaí, implementan la estrategia para la detección temprana de casos de COVID-19.
Katherine Silva, oficial de Salud y Nutrición de Unicef en Ecuador, comenta a Sputnik que a más de la detección temprana del COVID, la Estrategia de Vigilancia Epidemiológica Comunitaria contempla atención integral en salud, a través de la identificación de vulnerabilidades en los niños, niñas, adolescentes y mujeres embarazadas.
Los líderes comunitarios se basan en el rumor epidemiológico: si escuchan que alguien se siente mal, que alguna a persona falleció con COVID, o que tiene algún problema respiratorio notifican al establecimiento de salud.
A su cuidado tienen a mujeres embarazadas, niños que no han asistido a ponerse las respectivas vacunas, personas que están enfermas, niños con posibles casos de desnutrición, entre otros casos.
En Monte Sinaí, donde los servicios de salud son limitados, la labor de líderes comunitarios como Rosado y Ortíz es fundamental pues ellos se preocupan por conocer quién tiene diabetes, asma, hipertensión u otras condiciones de salud para que reciban atención oportuna.
Además de Guayaquil, el programa funciona en las provincias de Pichincha (centro norte) e Imbabura (norte).
En Guayaquil son 6.000 familias y dentro de ellas unos 1.700 niños, niñas, adolescentes y embarazadas que han podido acceder a servicios de salud durante la emergencia sanitaria por el COVID-19.
En Imbabura, el trabajo se realiza con comunidades Kichwas, se trabaja con 6.000 familias y se llega a cerca de 24.000 personas, enfatizando el tema de la interculturalidad.
En Pichincha, el programa llega a más de 3.500 familias, aproximadamente 14.000 personas de 51 barrios.
Según Silva, tanto en COVID-19 como en servicios esenciales hay resultados importantes, además de todo el empoderamiento de la comunidad, que se ha involucrado en la estrategia.