Esta celebración tradicional mexicana está vinculada a las festividades católicas de los Fieles Difuntos y Todos los Santos. Cada 2 de noviembre, los mexicanos recuerdan a sus amigos y familiares que ya no están con ellos, limpiando y decorando sus tumbas.
Se cree que en este día, los muertos regresan a sus casas para reunirse con sus seres queridos. La flor tradicional del Día de los Muertos se llama cempasúchil. Según la leyenda, su color naranja y aroma ayudan a atraer las almas. En 2008, la Unesco declaró la festividad mexicana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Para contener la propagación del coronavirus —que ya se ha cobrado la vida de más de 90.000 personas en el país latinoamericano—, las autoridades de casi todos los estados de México optaron por cerrar los panteones y cancelar los eventos masivos.