De esta forma, los médicos recomiendan no más de un trago para las mujeres y dos tragos para los hombres en un día. Un trago equivale a 355 mililitros de cerveza, 118 ml de vino o 44 ml de un trago fuerte con 80% de alcohol, según la publicación en la página oficial del centro.
"Si bebe más eso, comienza a perder su beneficio y se transforma en dañino", afirma Lauren Gilstrap, cardióloga del Centro Médico Dartmouth-Hitchcock.
Tomar con conciencia incluso puede traer beneficios protectores para el corazón, afirma un estudio publicado en la revista del Colegio Estadounidense de Cardiología.
La investigación descubrió que los hombres que beben menos de 14 tragos por semana tienen un 21% menos de probabilidades de morir por una enfermedad cardiovascular. Mientras que para las mujeres que beben menos de siete tragos por semana, el riesgo de mortalidad cardiovascular se reduce un 34%.
"La moderación es la clave", dice Gilstrap a Business Insider. "Nunca se recomienda que un paciente comience a beber para obtener beneficios cardiovasculares, pero alguien que toma una copa de vino con la cena puede seguir disfrutando", agrega.
Al mismo tiempo, otra investigación demuestra que incluso el consumo moderado puede traer problemas con el corazón. Es que mientras se bebe, aumentan la presión arterial y el ritmo cardíaco. Tomar entre siete y 13 tragos a la semana aumenta significativamente la presión arterial. Comparando con la gente que no toma alcohol, los que toman con moderación tienen un 53% más de riesgo de padecer hipertensión, un factor importante para enfermedades cardíacas.
Hablando de las propiedades del vino tinto para el corazón, la cardióloga notó que los antioxidantes y flavonoides —los elementos que benefician la salud del corazón— se encuentran en otras cosas que son más sanas: en almendras, bayas, manzanas, cítricos, espinacas, té negro y verde o chocolate amargo.
La conclusión más lógica de todos los estudios es que el consumo en exceso de alcohol es dañino, tanto para el corazón, como para otros órganos del cuerpo y la mente. Una copa en la cena o almuerzo, que se volvió costumbre en muchos países, es admisible, pero la mejor forma de excluir todos los riesgos es no tomar en general.