Un portavoz del Departamento de Estado (Cancillería) estadounidense había comentado a Sputnik que, durante la charla telefónica del 24 de octubre, Pompeo exigió a Lukashenko liberar de inmediato al estratega político bielorruso-estadounidense Vitali Shkliárov y permitirle abandonar Bielorrusia.
"Nuestras relaciones son muy buenas y todo lo que dicen en los canales de Telegram es mentira, no me exigió nada, mantuvimos una cálida conversación", relató Lukashenko citado por la agencia de noticias estatal Belta.
Al mismo tiempo, indicó el líder bielorruso, Pompeo fue advertido de que Bielorrusia responderá a cualquier agresión por parte de los países vecinos.
Pompeo me aseguró que eso "jamás pasaría", agregó el presidente bielorruso.
El 26 de octubre la oposición bielorrusa organizó protestas a diferentes escalas y anunció una huelga nacional tras vencer el 25 de octubre el plazo para el 'ultimátum popular', lanzado por la líder opositora Svetlana Tijanóvskaya a Minsk.
La política había amenazado con una huelga nacional, si Minsk no cumplía las tres exigencias de los manifestantes —la dimisión del actual presidente bielorruso, el cese de la violencia y la excarcelación de los presos políticos— antes del 25 de octubre.
El 27 de octubre, el primer ministro del país, Román Golóvchenko, constató el fracaso de planes de la oposición sobre huelga nacional.
El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, por su parte, advirtió que las acciones de los participantes de la huelga equivalen al terrorismo.