En junio, cuando ya bajaba el número de contagios de la primera ola de coronavirus que azotó a España, la presidenta de la Comunidad de Madrid anunció la construcción de un hospital de pandemias en Valdebebas, en el norte de la capital.
"Nosotros, desde el principio, señalamos que no tenía ningún sentido abrir un hospital nuevo si no se aprobaban los mecanismos o los presupuestos para poder contratar personal que atendiera a los enfermos, porque un hospital no es un edificio, un hospital, aparte de un edificio y unos equipamientos, es un lugar donde existe un número muy importante de profesionales sanitarios que deben atender a los enfermos", resalta Marciano Sánchez Bayle, portavoz de la Federación de Asociaciones para la defensa de la Sanidad Pública.
El hospital de pandemias, llamado Hospital de Emergencias Isabel Zendal, es una obra que estuvo a cargo de varias constructoras privadas, entre ellas, Dragados, SA del grupo empresarial de Florentino Pérez, y para la que la Comunidad de Madrid destinó unos 50 millones de euros. Tiene una superficie de 40.000 metros cuadrados, contará con tres pabellones de 7.400 metros cada uno, con un centro logístico y de almacén del Servicio Madrileño de Salud y dispondrá de 1.000 camas para atender a enfermos con coronavirus.
"Cuando hablamos de 1.000 camas eso significa que fácilmente estamos hablando de entre 3.000 y 4.000 personas que van a ser necesarias para la atención porque un hospital, como sabe usted, significa trabajar 24 horas al día todos los días de la semana. No tiene pausa y por lo tanto necesita una gran cantidad de personas", precisa Sánchez Bayle.
Las primeras críticas contra la construcción de este hospital han venido desde los mismos sanitarios, quienes aseguran que no hace falta construir nuevos hospitales para atender la pandemia, sino rastreadores y fortalecer los centros de salud que ya se tienen.
Este vídeo es de julio. No soy adivina, es que llevo años en una sanidad que es la máquina de billetes de los amigos del PP. El nuevo hospital, un caso más:
— Mónica García (@Monica_Garcia_G) October 25, 2020
👉🏼 Tendremos la misma capacidad de atención pero con 1.000 toneladas de ladrillo comprado a las constructoras de siempre. https://t.co/NKWiv5MT5o pic.twitter.com/GcZ2LNCjPY
"Llevamos ya muchos meses diciendo que la apertura de este hospital es completamente innecesaria porque en las propias memorias justificativas de la Consejería de Sanidad se constata que durante estos 10 años se han perdido más de 3.000 camas hospitalarias. Por eso, siempre hemos instado a que se refuercen los centros sanitarios actuales y que ese dineral que se ha invertido en ese centro se utilice para la apertura de estas camas y el refuerzo de la plantilla", indica Mariano Martín-Maestro, coordinador de Acción Sindical de Comisiones Obreras Sanidad Madrid.
"Preguntas que no se hacen"
La polémica sobre la construcción e inauguración del hospital de pandemias se desató el domingo, 25 de octubre, cuando la presidenta de la Comunidad de Madrid admitió en una entrevista con Telemadrid que no se contrataría a nuevo personal sanitario, sino que se rotaría al de los otros centros.

-Díaz Ayuso, ¿de dónde va a sacar el personal para el nuevo hospital?
— Ivanjode (@Ivanjode) October 25, 2020
-Jajaja para k kieres saber eso, saludos. pic.twitter.com/wqgUV0wL6n
"Yo creo que la señora presidenta de la Comunidad de Madrid debería saber que aprobar la contratación, los presupuestos para contratar nuevo personal es algo que tiene que hacer el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid y que ella preside. Si cree que no es competencia suya es que todavía no se ha enterado de cuáles son sus competencias", replica Sánchez Bayle, a la vez que alerta del caos sanitario que podría provocar la rotación de un personal incompleto y ya exhausto.
Pero la presidenta de la Comunidad de Madrid insiste que la apertura de este centro permitirá aligerar la carga de los otros centros porque todos los contagiados de coronavirus serán transferidos al Hospital de Pandemias.
"Abrir 1.000 camas más, en principio, ayudará, sin lugar a duda, pero ayudará si esto no se hace a costa de cerrar camas en otros hospitales que ya están funcionando porque, en ese caso, la situación no va a aliviar en lo absoluto. Vestiremos a un santo desvistiendo a otro, como se dice tradicionalmente en España", insiste Sánchez Bayle.
"Si hoy, la situación ya es de colapso y de sobresaturación de la sanidad pública, esto provocará que la sanidad pública madrileña entre de pleno en la UCI, debido a que la falta de personal es manifiesta. De hecho, la Comunidad de Madrid sigue incumpliendo el acuerdo que firmó con nosotros en el mes de mayo por el cual se iban a contratar 10.100 profesionales para la gestión del COVID-19 y hoy nos siguen faltando casi 3.000 profesionales", denuncia Martín-Maestro.
Sin embargo, la presidenta Díaz Ayuso y su consejero de Sanidad insisten en la posibilidad de rotar al personal sanitario y para lograrlo han ofrecido un incentivo a los médicos que lo acepten.
"Esto significa disminuir el personal de los hospitales que ya están funcionando, habrá que cerrar plantas, habrá que disminuir la actividad y todo ello significará un empeoramiento del funcionamiento del sistema sanitario público. A nosotros esto nos preocupa mucho, especialmente porque las personas no solo enferman de coronavirus, sino de otras muchas enfermedades, como las cardíacas, cerebrovasculares, diabetes, cáncer, etc, y esas personas están siendo, desgraciadamente, desatendidas por el sistema sanitario que ahora mismo está focalizado sobre la atención a la pandemia", lamenta Sánchez Bayle.
¿La sombra de Ayuso?
Pero ¿por qué es posible gastar 50 millones de euros en la construcción de un hospital, y no es posible contratar al personal sanitario? Es la pregunta que queda en el aire.
Quieres saber, quienes se cargaron la Sanidad Pública de Madrid? #NosRobaronLoPúblico
— Emma (@Emma1492is) October 27, 2020
🔴Aquí tienes sus nombres y apellidos.
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DENTRO VÍDEO Y QUE RULE! 📼 pic.twitter.com/oM71mbC96r
"Hay una causa en los tribunales contra la señora Esperanza Aguirre porque en los contratos de los hospitales que se abrieron durante su mandato, un porcentaje del contrato se destinaba a actos electorales del Partido Popular", asegura Sánchez Bayle.
Este desvío de dinero público a manos privadas ha sido hartamente denunciado en España, especialmente en la Comunidad de Madrid, gobernada desde hace 25 años por el Partido Popular. Son muchos los que apuntan a Javier Fernández-Lasquetty como artífice del proyecto de privatización y desmantelamiento de la sanidad pública madrileña.

#NosRobaronLoPúblico.
— Jjsb44🔻 (@Jjsb441) October 27, 2020
Este es Lasquetty, cuando hace unos años la Marea Blanca de sanitarios logró frenar sus planes y tuvo que dimitir.
Ahora ha vuelto.
No creen en lo público.
Son lobbistas.
Cuando gestionan ellos, los seguros de salud se frotan las manos.
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"Javier Fernández Lasketty fue el consejero de sanidad en el año 2011-2012 cuando se hizo un plan que llamaban de sostenibilidad que suponía la privatización de seis hospitales semiprivados que había en la Comunidad de Madrid y la privatización de 26 centros de salud. Ha sido uno de los grandes impulsores de la privatización dentro de la sanidad pública madrileña y fue él quien gestó ese plan e intentó llevarlo a cabo durante mucho tiempo hasta que los tribunales lo paralizaron y se vio obligado a dimitir", recuerda Sánchez-Bayle.
Tras su dimisión en 2014, Lasketty se instaló en Guatemala. Fue Pablo Casado quien lo regresó a la política española y desde 2019 se desempeña como consejero de Hacienda de la Comunidad de Madrid.
Fue la movilización ciudadana la que hace seis años logró frenar el proceso privatizador que se avanzaba desde la Comunidad de Madrid, y aunque ahora muchas voces se han alzado en contra de lo que consideran el desmantelamiento de la sanidad pública, el avance de la pandemia está siendo un factor que juega en contra.
"Yo creo que hay varios motivos para hacer ahora una manifestación de 100.000 personas, pero resulta complicado y bastante imprudente. Yo creo que hay que entender que nosotros, los sanitarios y la ciudadanía consciente, no somos la gentecilla esta de las cacerolas que se va a Núñez de Balboa sin mascarilla porque no puedo jugar al golf. Somos gente sensata y consciente, y evidentemente, cada paso que se da tiene que medirse de una manera muy concreta, evitando propagar el contagio en una situación que ya de por sí es delicada", sostiene Sánchez Bayle.