"Para el desarrollo de vida es suficiente un lugar estable con la temperatura apropiada, agua y alguna fuente de energía como térmica o química. La astronomía dice que en el Sistema Solar hay bastante lugares con esas condiciones, como los océanos bajo la corteza helada de los satélites de los planetas gigantes, las nubes de Venus o los hielos subterráneos de Marte", dijo el investigador en una entrevista a Sputnik.
El descubrimiento de evidencia primitiva de vida extraterrestre, explicó, revolucionaría nuestra idea de la humanidad y ampliaría las fronteras de lo posible en la genética y la bioquímica.
"Este es uno de los retos que justificaría casi cualquier inversión", apostilló.
Desarrollo de un cohete superpesado
El desarrollo de un cohete superpesado podría ayudar a buscar vida extraterrestre fuera del Sistema Solar, sostuvo Petrukovich.
"Un cohete superpesado facilitaría lanzar al espacio un telescopio óptico con un espejo de diez metros de diámetro, lo que permitiría observar con más detalle los exoplanetas ubicados a decenas de años luz", dijo.
Petrukovich, autor de más de 150 artículos en revistas de prestigio internacional, explicó que el posible hallazgo de indicios de vida fuera de la Tierra cambiarían la noción de la propia civilización y plantearía nuevos desafíos tecnológicos concretos, como la construcción de un cohete que lograse llegar a los límites del Sistema Solar en 10 años.
El cohete Yeniséi está ideado para lanzar misiones a la Luna, Venus, Marte, Júpiter y Saturno.
Estudio de Júpiter
La nave espacial de propulsión nuclear que Rusia desarrolla podría facilitar las misiones a los satélites de Júpiter para recoger muestras del suelo en búsqueda de vida extraterrestre, estimó Petrukovich.
"La única manera de traer a la Tierra muestras de Júpiter es ese remolcador espacial", comentó.
La distancia más corta entre la Tierra y Júpiter alcanza los 590 millones de kilómetros, esto es más de 1.500 veces el trecho que separa a nuestro planeta de la Luna.
La nave espacial constará de un reactor nuclear compacto para abastecer de energía a sus sistemas.
En el proyecto liderado por la corporación espacial Roscosmos participan varias compañías prestigiosas del país. Está previsto que las pruebas de vuelo del vehículo empiecen en 2030.
Cooperación internacional para el estudio del universo
La cooperación internacional posibilita alcanzar una mayor eficiencia en la exploración del universo, sostuvo el director del Instituto de Estudios Espaciales.
"La colaboración entre los países permite compartir la carga económica, incorporar a los mejores especialistas y las soluciones tecnológicas más avanzadas", destacó.
A menudo, indicó, solo uno o dos países poseen las tecnologías necesarias para construir los equipos espaciales.
"En ese sentido, centrarse solo en proyectos nacionales es completamente irracional", puntualizó Petrukovich.
En la actualidad el científico representa a su país en el grupo de coordinación de las agencias espaciales para el programa International Living With a Star (ILWS, por sus siglas en inglés).
Hasta la fecha la Estación Espacial Internacional es el mayor proyecto científico del mundo en el participan 15 países. Además Rusia y varias naciones europeas planean una misión a la Luna y llevan adelante un estudio que busca vida en Marte.
Rusia colabora con Estados Unidos para desarrollar un módulo espacial destinado a explorar Venus y sus dispositivos científicos están presentes en los aparatos interplanetarios europeos y estadounidenses.