El actual presidente mexicano ha reiterado en diversas ocasiones que su prioridad es que tanto Petróleos Mexicanos (Pemex) como la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sean los principales jugadores del sector energético nacional. Sin embargo, esa intención —tal como lo reclaman desde EEUU— socava el espíritu de acuerdos como el actualmente vigente entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Del mismo modo, el T-MEC contiene algunas cláusulas que establecen regímenes de arbitraje, así como protecciones a las inversiones extranjeras en el sector energético mexicano.
Asimismo, pactos como el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT) incluyen cláusulas ratchet (cremallera) de irreversibilidad, las cuales bloquean cualquier posibilidad de que México proceda unilateralmente a reducir o eliminar restricciones sobre transacciones, operaciones o actividades comerciales a fin de favorecer a sus empresas estatales.
Pese a ello, en mayo la Secretaría de Energía de México y el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) publicaron un acuerdo a fin de restringir las inversiones en la producción de energías renovables. Esta medida fue suspendida en junio por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), a la espera de que se tome una medida definitiva sobre su aplicación.
AMLO: Vamos a seguir dando preferencia a Pemex y CFE
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, respondió a las acusaciones de los congresistas estadounidenses, referentes al trato preferencial que su Gobierno ha dado a Pemex y la CFE.
"¿Cuál es la función del Gobierno? ¿Proteger los intereses privados? No, los únicos negocios que deben de importar a los funcionarios son los negocios públicos", dijo el 24 de octubre en una gira de trabajo por Coahuila.
"Hice ese compromiso. Hasta ahora no ha habido aumentos —en términos reales— en los precios de la energía eléctrica, ni en los precios de las gasolinas, ni en los precios del gas y del diésel", mencionó.
Asimismo, el 26 de octubre el mandatario mexicano reiteró que su Gobierno no está cerrado a las inversiones privadas en materia energética, aunque dijo que ahora no se permitirá que actúen con el mismo dominio ejercido en las administraciones pasadas.
"Iberdrola se convirtió en un monopolio y vende energía eléctrica a precios elevadísimos… ¿Qué pasó en los sexenios anteriores en cuanto al precio de la luz y las gasolinas? Constantemente aumentaba, porque predominaban las privadas. Entonces ahora lo que estamos haciendo es poner orden, ahora sí que es un timbre de orgullo que digan que estamos rescatando a la Comisión Federal de Electricidad. No me pagan para proteger a Repsol o a Shell o a Iberdrola", indicó.