"El domingo, 25 de octubre, se abrió un nuevo capítulo lleno de emociones, pacificación, entendimiento y esperanza", reza un comunicado conjunto de los miembros de la familia real belga.
La reunión, a la que asistió también la esposa del rey emérito, Paola de Bélgica, tuvo lugar en la residencia real en el barrio de Laeken, en Bruselas.
Boël ya se había encontrado con el rey Felipe de Bélgica, su hermanastro.
En enero Alberto II de Bélgica reconoció a Boël como su hija tras los resultados de las pruebas de ADN, hechas por orden de un tribunal.
El 1 de octubre el tribunal de apelación de Bruselas puso fin al proceso, que se había iniciado en junio de 2013, y resolvió que Boël, de 52 años, así como sus hijos, tienen los mismos derechos que otros miembros de la familia real belga.
Delphine Boël se enteró quién es su padre biológico a la edad de 18 años.
La princesa Boël nació de la relación extramatrimonial del entonces príncipe Alberto y la baronesa Sybille de Selys-Longchamps, que duró 16 años. Después del ascenso al trono, Alberto II no reconoció su paternidad. De acuerdo con los papeles, el padre de Delphine era el empresario Jacques Boël, que se divorció de la baronesa desde hace tiempo y, según los medios, excluyó a Delphine de su testamento.