Ruby Tuesday Matthews estaba segura de que el avión en el que ella y su compañero de viaje debían despegar desde Sídney tardaría más en hacer la revisión técnica que provocó el retraso. Por eso se fue tranquilamente a la playa a comer ostras.
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Pero no calcularon bien el tiempo y, cuando abrieron la puerta de embarque, la modelo y su compañero se encontraban aún en la ciudad. El resultado fue media hora de espera adicional para todo el pasaje.
Cuando por fin subió a bordo, los pasajeros la esperaban llenos de ira. Algunos le preguntaron "¿qué tal estaban las ostras?", a lo que ella respondió: "Sí, estaban buenas".
Posteriormente la australiana culpó del incidente a Jetstar, la compañía aérea, según ha citado el medio nacional News. La modelo se disculpó por las molestias causadas, pero insistió en que no fue culpa suya.
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"Me fui, no oí el segundo aviso que aparentemente dijo 'no abandonen el aeropuerto'. No oí eso, lo juro por Dios. No me habría ido del aeropuerto (…) tengo respeto por los demás", recalcó Matthews.