El aparato fue mandado al espacio para recoger una muestra de la superficie del asteroide y llevarla de vuelta a la Tierra.
El mecanismo de adquisiciones está diseñado para recoger material que primero agita y luego atrapa. El equipo de investigadores de la NASA espera obtener al menos 60 gramos de lo que está en la superficie del asteroide, pero aún no se conoce la cantidad exacta del material.
La muestra será crucial para la ciencia moderna. Los científicos esperan utilizar su composición química para informarse sobre las estrategias para evitar colisiones de asteroides con la Tierra, e investigar las posibilidades de extraer yacimientos minerales de los asteroides.
Se cree que los cuerpos celestes como el Bennu no han cambiado mucho desde su formación en los primeros días del sistema solar, por eso contienen información de gran valor.