Así lo dijo a Radio Sputnik Guillermo Galea, especialista en las relaciones argentino-rusas, al calificar como "gravísimo desde lo institucional" que sucedan cuestiones como la de Alicia Castro, quien se planteaba "recomponer relaciones estratégicas" con el gigante euroasiático, pero acabó solicitando el retiro del pliego de su nombramiento, una manifestación de desacuerdo con "un dramático giro" de la política exterior de la nación suramericana.
Se trata, en concreto, del apoyo oficial de Argentina al informe de la ONU sobre la supuesta violación de los derechos humanos en Venezuela, una medida que obligó a la diplomática a escribir las siguientes palabras: "No podría seguir instrucciones de Cancillería que no comparto y que considero reñidas con el interés de la Nación".
Un costo nada figurado, sino más bien muy concreto, dado que, "cuando un Estado es poco creíble e impredecible en cuanto a las decisiones políticas, lógicamente, esto impacta en la economía".
La ausencia de "un acuerdo en políticas de Estado", entre ellas las internacionales, atenta hasta contra la seguridad nacional, afirmó el experto, al citar el caso de una potencial cooperación con Rusia en materia de Defensa.
Apuntó que Moscú sería un socio ideal para la adquisición por parte de Argentina, de aeronaves militares, sistemas de defensa antiaérea o submarinos, tanto debido a que las ofertas rusas tienen "muy buenos precios y son efectivos", así como porque ambas naciones "no tienen escenarios problemáticos o bélicos".
"¿Pero cómo vería Rusia a una propuesta argentina de este tipo si sabe que, si cambia el Gobierno, este acuerdo se va a caer? ¿Quién nos va a vender sabiendo que en algún punto la negociación se puede caer por cuestiones de política doméstica?", se preguntó retóricamente.
En este contexto, Guillermo Galea volvió a insistir en que, "a nivel internacional", Argentina debe decidir "el rol que quiere jugar o el puesto que quiere ocupar", y "dejar de lado la ideología".