Balasubramanian Kumar, que había estado enfermo y postrado en cama, fue dado por muerto por sus parientes cuando dejó de moverse en su casa en la aldea de Kandhampatti en el estado indio de Tamil Nadu.
Como es de costumbre, fue colocado en un congelador para guardarlo hasta una ceremonia religiosa.
Pero cuando el empleado de la compañía de congeladores llegó al día siguiente para recoger el ataúd de vidrio helado, notó que el anciano se estaba moviendo.
En un vídeo el hombre que sostiene la cámara pregunta: "Sus manos están temblando, ¿cómo?".
"Oh, son convulsiones", responde el otro. Cuando se le pregunta cómo sería posible si estaba muerto, responde: "Su alma no lo ha abandonado todavía".
La policía investiga a la familia por no realizar un chequeo médico adecuado antes de declarar a Kumar muerto.