Portugal se ha convertido en uno de los destinos preferidos para los extranjeros, especialmente para los ingleses y del norte de Europa. Concretamente Reino Unido es uno de los principales mercados turísticos de Portugal con 3,7 millones de turistas en 2019. Muchos de ellos han establecido su segunda residencia en el sur del país luso, o incluso su residencia habitual para pasar allí su jubilación.
"Vamos a tener un desastre, esto es evidente", dijo Mónica Viana, presidenta del grupo ecologista antimonocultivo Regenerarte. "El cambio climático está muy presente, se habla de ello en todo el mundo, y nosotros en el Algarve no somos una excepción".
Por su parte, el director general de Trops, Enrique Colilles cree que hay movimientos de extranjeros como ingleses, holandeses, suecos y noruegos que "quieren que esto no evolucione y que se quede como siempre", dijo en una entrevista a Sputnik. "Se puede pensar que es un acto egoísta, porque ellos vienen con sus pensiones del norte de Europa a vivir aquí y quieren que no se modifique nada, ¿pero, y la gente que vive aquí de qué vive? Tenemos que ir hacia un crecimiento que sea sostenible", continúa Colilles.
"En Portugal la agricultura casi no se había desarrollado porque era deficitaria. Ahora que tienen un cultivo que les da economía local, se empieza a consumir agua y no es que tengan sequía, es que el agua empieza a ser consumida", asegura.
Una de las principales presas de la región, Bravura, está al 18% de su capacidad, el nivel más bajo de todo Portugal de los últimos ocho años. La comisión de seguimiento de la sequía dijo en un informe reciente que las presas del Algarve sólo tienen agua suficiente para durar hasta el final del año. Por su parte, el director general de Trops cree que "es indudable que la agricultura consume agua", pero que al final y al cabo son recursos que tienen que ser utilizados, siempre y cuando sea de manera sostenible. "Si hay gente en el paro hay que generar empleo para que la gente trabaje. Socialmente las zonas rurales viven gracias al aguacate y al mango y son cultivos 100% sostenibles", afirma.
De este modo, los aguacates consumen cuatro veces más agua que los tradicionales cultivos de naranjas del Algarve, pero esto se debe a que "el aguacate es como las personas", compara el empresario. "El aguacate necesita beber agua cada poco tiempo. Es muy exigente, no necesita tanta agua como la frecuencia, que tiene que ser constante. La raíz del aguacate solo llega a unos 60 centímetros de profundidad con lo cual no hay que regar mucho porque se pierde el agua en exceso".
"El aguacate consume una cantidad de agua similar a la del cítrico, pero el precio del aguacate es cuatro veces más caro. Con el aguacate los agricultores ganan dinero porque aunque produce mucho menos que el cítrico, tiene un valor mucho más alto", sostiene Enrique Colilles, director general de Trops.
Para producir un kilo de aguacates se necesitan 700 litros de agua, pero lo que la gente no sabe, explica Colilles, es que para producir un kilo de carne de cerdo se necesitan 4.000 kilos de agua y de ternera, se necesitan unos 14.000. Eso ha llevado al abogado ambientalista Rui Amores a pensar que "el día en que el aguacate deje de tener el precio en el mercado que tiene ahora, esas propiedades acabarán por ser abandonadas, pero los impactos se quedarán aquí", lamenta.
Este año se espera que las exportaciones se dupliquen. A pesar de ello, explica su director general, "si el aguacate deja de tener futuro comercial, quedarían las plantaciones abandonadas y los árboles secos". No obstante, asegura, "el cultivo del aguacate aparentemente tiene mucho futuro en consumo y, por otro lado, la gente tiene que vivir de algo y generar dinero", concluye el director general de Trops.