La OMS se vuelca en la investigación
Después de que el 31 de diciembre de 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS) recibió una notificación sobre la detección de un grupo de casos de neumonía de tipo desconocido en la ciudad china de Wuhan, la comunidad científica empezó a trabajar en distintos proyectos de vacuna contra el virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad.
Nombrada después COVID-19 y declarada pandemia a principios de marzo, ha infectado hasta ahora a más de 37 millones en todo el mundo y provocado la muerte de más de un millón de personas.
Según la organización, para el 2 de octubre de 2020, 42 vacunas candidatas estaban en ensayos clínicos y 151 estaban en la etapa de ensayos preclínicos.
La OMS reconoce que el ritmo de desarrollo de una vacuna para COVID-19 no tiene precedentes. Este suele ser un proceso costoso, complejo y que requiere mucho tiempo, cientos de millones de dólares en inversión y muchos años de pruebas para confirmar que una vacuna es segura y eficaz. Por lo general, se necesitan entre 10 y 15 años para lanzar nuevas vacunas al mercado, pero ahora muchas empresas planean reducir este período a un año y medio.
Para coordinar los esfuerzos para desarrollar vacunas contra COVID-19, la OMS ha creado la Plataforma Internacional de Registro de Ensayos Clínicos.
China, la primera también en vacuna
Por ser la primera en sufrir la epidemia, desde muy pronto China se volcó en la consecución de vacunas efectivas contra el nuevo coronavirus.
La primera vacuna aprobada para los ensayos fue desarrollada por un grupo de investigación dirigido por el académico de la Academia Médica Militar china Chen Wei.
Entre los candidatos vacunales chinos más prometedores está la recombinante desarrollada conjuntamente por Zhifei Long Kema y el Instituto de Microbiología de la Academia China de Ciencias, que también ha recibido aprobación clínica.
Otra empresa, CanSino Biologics Inc. y la rusa Petrovax Pharm, han iniciado la tercera fase de ensayos clínicos de una vacuna contra el coronavirus.
A finales de agosto, las autoridades chinas aprobaron los ensayos clínicos de una vacuna elaborada con células de insectos. Por otra parte, la Universidad de Hong Kong desarrolla una en aerosol nasal anti-COVID-19, la primera de su tipo aprobada para ensayos clínicos.
Otros países de Asia como Japón, Corea del Sur, Singapur o la India tienen sus propios candidatos en fases avanzadas.
Rusia registra su segunda candidata
Rusia registró esta semana su segunda vacuna contra el coronavirus, EpiVacCorona, del prestigioso Centro ruso de Virología y Biotecnología Vector, de Novosibirsk, informó el presidente del país, Vladímir Putin.
La institución científica concluyó el 30 de septiembre las fases I y II de los ensayos clínicos, en las que se demostró que esta vacuna de epítopos del virus SARS-CoV-2 es segura.
Pronto se producirá un lote de 60.000 dosis de la vacuna de Vector para empezar la fase III del ensayo clínico con 40.000 voluntarios.
Por otro lado, se conoció que la segunda fase de pruebas de una tercera vacuna rusa contra el coronavirus, elaborada por el centro ruso de investigaciones y desarrollo de sustancias inmunobiológicas Chumakov, se iniciará el lunes 19 de octubre.
Rusia comenzó a desarrollar vacunas para COVID-19 desde enero. En mayo se informó que el país está desarrollando 47 vacunas en 14 plataformas. De ellas, 17 vacunas contra el coronavirus son consideradas prometedoras.
Estados Unidos y otros países de América, a la caza de la vacuna
A mediados de marzo, el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas en Seattle, Washington, anunció el inicio de los ensayos clínicos en humanos de una vacuna desarrollada en asociación con la empresa de biotecnología Moderna. El 18 de mayo, la empresa Moderna anunció la finalización positiva de la primera fase de ensayos clínicos y desde julio ha comenzado ensayos que involucran a unos 30.000 voluntarios.
Canadá y otros países americanos están desarrollando candidatos prometedores. Entre ellos cabe destacar a Cuba, donde el Instituto Finlay ha desarrollado una vacuna de dos componentes llamada Soberana 01. El 24 de agosto de 2020 comenzaron los ensayos clínicos de la vacuna, cuyos resultados se anunciarán en enero de 2021.
Europa no se queda atrás
Alemania es una de las que va a la cabeza, con varios candidatos vacunales prometedores. La compañía farmacéutica alemana CureVac comenzó a investigar la primera fase de una vacuna COVID-19 en el verano. También desde Alemania, en julio de 2020, Pfizer y BioNTech anunciaron un ensayo clínico global de fase 2/3 (excluyendo a China) para investigar la seguridad y eficacia de uno de los candidatos a la vacuna de ARNm BNT162 contra el nuevo coronavirus.
Uno de los proyectos más conocidos es el británico de AstraZeneca que se asoció con la Universidad de Oxford para desarrollar, fabricar y suministrar una vacuna anti-COVID. También se sabe que se está desarrollando una vacuna contra el coronavirus en el Imperial College de la Universidad de Londres, que podría estar lista para su uso en la primera mitad de 2021.
Esperemos entonces que el próximo año traiga la ansiada vacuna y con ella el control de la pandemia. Mientras tanto, no queda otra que continuar protegiéndonos y extremando medidas sanitarias.