"Es importante que todas las fuerzas políticas se incorporen al diálogo y actúen en el marco de la constitución hasta celebrarse las nuevas elecciones en el país", dice la declaración.
En la UE destacan que las "autoridades de Kirguistán deben respetar la supremacía de la ley y las libertades básicas, incluidas la libertad de expresión y la libertad de reunión pacífica".
Al día siguiente, miles de seguidores de los partidos opositores, que no superaron el umbral electoral del 7%, se echaron a la calle en Biskek para denunciar numerosas irregularidades en la votación y exigir la repetición de los comicios.
Las protestas derivaron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. En la noche del 5 de octubre, los manifestantes ocuparon varias oficinas públicas, incluidas las sedes del Parlamento, el Gobierno y el ayuntamiento de Biskek.
El 7 de octubre, los líderes opositores crearon un consejo de coordinación y postularon al exdiputado Sadir Zhapárov como primer ministro y el Parlamento confirmó su candidatura en una sesión extraordinaria.
Varios opositores calificaron de ilegítimo ese nombramiento y crearon su propio consejo de coordinación. Además, exigieron la dimisión del presidente de Kirguistán y la disolución del Parlamento.
El 10 de octubre, Zhapárov fue ratificado en el cargo de primer ministro y avanzó que Zheenbékov dejaría la presidencia en los próximos días.