En los tres meses previos a septiembre el yuan subió casi un 4%. Marcó así ganancias trimestrales para sus inversores que no se registraban desde principios de 2008. El crecimiento de su tipo de cambio frente al dólar contribuyó a que el atractivo de la moneda china superase por un momento al del franco suizo y al del yen japonés.
Comparar la moneda asiática con un refugio en el que guarecerse de la volatilidad en el mercado global no es algo nuevo.
En 2017, invertir en la moneda china demostró ser mejor opción que apostar por el yen japonés después de que Corea del Norte probase sus misiles en el mar de Japón. En contraste, la historia recuerda ejemplos en los que recurrir a la moneda china ha sido una estrategia arriesgada. A pesar de mostrar a principios del 2018 una resistencia similar a la de una moneda de refugio, el yuan cayó este mismo año a su nivel más bajo de la década después de que la Administración Trump impusiese sus primeros aranceles elevados a los bienes chinos.
Por ello, distintos economistas consideran que aun así esta moneda está lejos de considerarse un refugio seguro por una serie de razones. A diferencia de las divisas que ya cuentan con este estatus, el yuan está subiendo justo cuando el dinero fluye hacia los activos de riesgo o hacia los de alto rendimiento.
"El yuan puede considerarse un buen negocio, lo que es un fenómeno cíclico y no tiene nada que ver con el estatus de refugio, cuyas condiciones en gran medida no se cumplen. No es ni puede ser, tal y como están las cosas, una alternativa viable al dólar o al euro, a cuyas características económicas e institucionales el yuan no puede aspirar", señaló a Bloomberg George Magnus, investigador asociado del Centro de China de la Universidad de Oxford.
Es lo que ocurrió el 9 de octubre del 2020, cuando el principal regulador chino permitió que el tipo de cambio del yuan creciese al fijar la tasa de referencia diaria a un nivel más alto de lo esperado. Y al día siguiente hizo todo lo posible para abaratar las apuestas que no favorecían a la moneda china y estaban incomodando la rápida apreciación de su divisa. En particular, con su intervención el ente redujo del 20% al 0% el precio de la negociación de algunos futuros de divisas extranjeras o derivados que se utilizan a menudo para especular en las monedas, recuerda el medio estadounidense.
Por si fuera poco, el Gobierno chino controla la cantidad de dinero que sale del país porque prohíbe a sus ciudadanos cambiar más de 50.000 dólares al año.
Para que el yuan obtenga el estatus de moneda refugio, el mercado financiero de China debería ser más líquido y contar con la cuenta de capital más transparente en su balanza de pagos. Además, Pekín debería demostrar que posee algunos de los elementos clave del marco institucional. Por ejemplo, contar con un banco central independiente y un sistema político asociado con un Gobierno democrático, destacó Eswar Prasad, empleado de la Institución Brookings, quien una vez dirigió el equipo del Fondo Monetario Internacional en China.
En cualquier caso, el medio estadounidense destaca que, independientemente de si dispone el yuan chino de dicho estatus, probablemente permanezca fuerte por el atractivo rendimiento de los bonos gubernamentales chinos a 10 años que se mantienen a su nivel máximo desde diciembre del 2020. Mientras tanto, las entidades financieras de calado internacional como FTSE Russell, Bloomberg Barclays y JP Morgan Chase ya incluyen los bonos continentales chinos en sus índices de referencia. En los próximos años este hecho ayudará a atraer entradas de capital estables, concluye el medio.