Como escribe Bloomberg, la reunión correspondiente se celebró en la Casa Blanca el 30 de septiembre. Los funcionarios estadounidenses destacaron que la expansión de los servicios de pago chinos en el extranjero entraña riesgos para la seguridad nacional. Y es que las empresas de pago disponen de los datos financieros y personales de los usuarios. Washington sostiene que estos datos pueden ser utilizados en cualquier momento por las autoridades de China.
Bloomberg apunta a tres posibles escenarios. En el primero, el presidente podría emitir un Decreto Ejecutivo, parecido al que estableció restricciones respecto a WeChat y TikTok. En el segundo, se aplicaría la Ley de Protección de Cadenas de Suministros Digitales del año 2019. Y en el tercero, se impondrían sanciones contra las empresas chinas en el marco de la lista negra SDN.
Las autoridades de EEUU sostienen que, en el caso de WeChat y TikTok, el juzgado se basa en la Primera Enmienda de la Constitución de EEUU, que protege la libertad de expresión. Pero en el caso de las empresas financieras no sería posible. Por lo tanto en estas condiciones es probable que la Administración de Trump emita un nuevo Decreto Ejecutivo, destaca Bloomberg. Pero aunque este decreto entre en vigor, no se considerará un golpe financiero nuclear contra las empresas chinas. Alipay y WeChat Pay ocupan una posición prácticamente exclusiva en el mercado interior de pagos móviles de China.
El año pasado cuatro de cada cinco transacciones en este país se realizaron a través de uno de los dos sistemas. Su volumen superó los 40 billones de dólares. Sin embargo, fuera de China esos sistemas no llegaron ni al 5% de los pagos en línea. Por lo tanto, prohibir Alipay o WeChat Pay en EEUU apenas sería perceptible para estas compañías.
Este es un escenario poco probable, pero no se puede excluir por completo, piensan los expertos de Bloomberg. El objetivo principal de EEUU es contener la expansión internacional de las empresas financieras chinas, así como la internacionalización del yuan, según Liu Dian, investigador del Instituto de Estudios Financieros de Chongyang de la Universidad Popular de China.
"La meta principal que EEUU persigue con la supresión de Alibaba y Tencent es frustrar la expansión internacional de las plataformas de pago chinas", afirma el analista.
Liu Dian señala que estos sistemas de pago se expanden con rapidez. Los servicios de pago chinos pueden considerarse una herramienta de apoyo directo a la internacionalización del yuan, opina. La información financiera y personal de los usuarios, incluso en el extranjero, está disponible para Alipay y WeChat Pay, lo que, según EEUU, amenaza su seguridad nacional.
Dichas sanciones pueden golpear más a las fundaciones estadounidenses. En 2018 Silver Lake Management, Warburg Pincus y Carlyle Group invirtieron al menos 500 millones de dólares en Ant. Y en el caso de la imposición de sanciones precisamente estas compañías podrían tener problemas para recuperar la inversión. Para los gigantes financieros chinos en este momento es difícil evaluar de manera precisa posibles daños. Y es que no se sabe si se impondrán sanciones y, de ser así, cuáles serán. Pero, de todos modos, la incertidumbre está creciendo en el sistema financiero mundial, lo que en sí mismo supone un riesgo grave, advierte Liu. Por lo tanto, ahora es importante que China se concentre en mejorar su propio sistema financiero, resolver los problemas actuales e integrarse en las finanzas mundiales, afirma.
"Teniendo en cuenta que siempre estamos bajo la presión de EEUU, las empresas chinas deben fortalecer los mecanismos de gestión de riesgos, incluidos los riesgos políticos internacionales", afirma.
Los expertos consideran que de momento una cosa está clara: si se impone una nueva ronda de sanciones financieras, las relaciones entre China y EEUU se complicarán todavía más y Pekín se verá obligado a responder. Estas sanciones incluso pueden ser sensibles para las empresas estadounidenses, alertan. Los cinco bancos norteamericanos más grandes tienen negocios en China, con una valoración total de alrededor de 70.000 millones de dólares.
No es de extrañar que Goldman Sachs y JPMorgan hayan anunciado planes para aumentar sus participaciones en las empresas chinas. Las sanciones podrían anular los planes de Visa y MasterCard de ingresar en el mercado chino, lo que sería especialmente doloroso para estos sistemas. Eso tampoco gustará a American Express, que fue el primero entre los sistemas de pago estadounidenses en entrar en China.