Para este 10 de octubre está convocada una nueva Minga (movilización) indígena colombiana, con el fin de repudiar los festejos institucionales por el 12 de octubre y reclamar respuestas al Gobierno de Iván Duque.
Denuncian que el Ejecutivo no envió a sus delegados a un encuentro pactado para adelantar los diálogos en la Mesa de Negociación, con el fin de abordar las diversas problemáticas sociales que enfrentan los indígenas: las fumigaciones aéreas, la pérdida de territorios y la violencia que sufren desde varios frentes.
Acuerdo de paz
Las comunidades denuncian que el Acuerdo de Paz firmado en 2016 con las FARC no se ha cumplido. "Solo quedó en el papel y en los medios la foto de portada de impacto desde 2016 hasta ahora", dijo a Sputnik Diana Jembuél, referente de la comunidad Misak del sur del Cauca.
Jembuél planteó la necesidad de analizar si el tratado firmado entre el Estado y las FARC "cumple con las necesidades y requerimientos de una población que llora y grita en silencio por tanta guerra que está sufriendo en estos momentos".
"Este fin de semana, en el departamento del Cauca llovió muchas muertes, de jóvenes. Duele muchísimo y frente a lo que está haciendo el presidente, está con el territorio o haciendo otras cosas que no cumplen a cabalidad con lo que tiene que ser un líder de nuestro Estado tan diverso y pluricultural", afirmó.
El día de la invasión
Con la llegada de los españoles a América en 1492 comenzó una campaña de exterminio de los pueblos originarios afincados en el continente. Mientras las comunidades colombianas se movilizan por modificar el presente, conmemoran las luchas de sus antepasados.
Una de esas formas es preservar el lenguaje ancestral. "Para mantener una parte de nuestra identidad del territorio, el idioma propio ha sido fundamental y es la fuerza que nos llena de valor para seguir existiendo y resistiendo en estos tiempos", destacó Jembuél.
"La lengua ancestral o materna es una forma que evidencia la resistencia frente al atropello que nos quieren realizar desde el Estado, las multinacionales y las personas que nos quieren hacer daño", sostuvo la entrevistada.
Juicio al conquistador
El 16 de septiembre, y en el marco de un juicio simbólico, la comunidad Misak declaró culpable de genocidio, apropiación de tierras y despojo al conquistador español Sebastián de Belalcázar, cuya estatua estaba emplazada en Popayán (Cauca).
"Desde que he escuchado las voces de mis mayores hay muchos conflictos tanto de territorios como de genocidios, maltratos físicos, psicológicos a nuestras mujeres y niñas. La discriminación a nosotros como pueblo ha sido muy fuerte", expresó.
"Pensando y repensando esos actos violentos que nos hacían y hasta ahora se están dando, creo que es el momento de tumbar la estatuas (...) y la historia, aunque a veces duela, hay que revivirla y contarla con la verdad. Y hacerlo con esas acciones, que tienen que ser conjuntas desde los pueblos, las bases o voces que han sufrido tanta humillación y exterminio", reclamó Jembuél.
La referente Misak destacó que con los pueblos indígenas del continente tenemos esa misma necesidad. Y llamó a realizar "acciones conjuntas con todas las comunidades indígenas de la región", al tiempo de declarar al "octubre como el tiempo de rebeldía".