"Se prevé que el petróleo siga siendo el combustible dominante, pero con una participación menor en la mezcla energética, aunque superará al gas y al carbón", dice el texto.
Así, la cuota del petróleo cambiará en comparación con 2019 del 31,5 al 27,5%, el gas del 23,1 al 25,3%, el carbón del 26,7 al 19,7%, el resto de la cesta corresponde a energía nuclear, energía hidráulica, y otras fuentes de energía renovable.
La organización señala que la pandemia del COVID-19 ciertamente tuvo un impacto en todos los sectores de la economía, lo que afectará la demanda de fuentes de energía primaria tanto a corto como a mediano plazo. Como resultado, pueden cambiar el comportamiento del consumidor, las operaciones comerciales y la inversión en energía.
Al fin y al cabo, los combustibles fósiles seguirán dominando el balance energético entre 2019 y 2045. La demanda de fuentes de energía primaria crecerá desde el nivel de 2019 de 289 millones de barriles equivalentes de petróleo por día a 361 millones, es decir, en 72 millones o 25%.
El único combustible cuya demanda disminuirá será el carbón, sin embargo en la India su consumo crecerá en promedio un 2,6% anualmente.
La demanda de las fuentes de energía renovable (energía solar, eólica y geotérmica) crecerá más rápido que todas las fuentes de energía, un 6,6% anualmente, asegura la OPEP.
La recuperación de la demanda global
Según el informe de la OPEP, la demanda global de petróleo, afectada por la pandemia del coronavirus, empezará a restablecerse en 2021 y se recuperará por completo en 2023.
"Está previsto que la demanda global de petróleo, después de colapsar en 2020 y en particular en el segundo trimestre, cuando muchos países impusieron restricciones relacionadas con el coronavirus, se reanude parcialmente en 2021", dice el texto.
De acuerdo con la previsión de la OPEP, "el proceso de recuperación de la demanda global de petróleo se extenderá a los años 2022 y 2023, en especial en los sectores de transporte y aviación".
A medio plazo, la organización prevé que la demanda crezca a unos ritmos moderados.
Se espera que en 2023 la demanda de petróleo global ascienda a 101,3 mb/d.
La OPEP pronostica altos ritmos de crecimiento de la demanda petrolera en 2023, ya que en los mayores países en desarrollo la economía volverá a unos niveles precrisis, y los sectores más afectados por la pandemia del COVID-19, como la aviación, el transporte y la industria, se esforzarán por recuperar la demanda perdida.
Además, la organización rebajó su pronóstico de la demanda mundial de petróleo para 2040 en más de un millón de barriles diarios (mb/d) debido a la pandemia de coronavirus, hasta 109,3 mb/d.
"Esto sugiere una revisión del pronóstico en más de 1 mb/d frente a los niveles de 2040 pronosticados en el informe de 2019 (...) La razón principal de esto es el impacto persistente de la crisis de COVID-19", señala el texto.
La OPEP considera que la demanda de petróleo en los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) alcanzará la meseta entre 2022 y 2025, de unos 47 mb/d, y luego disminuirá a 35 mb/d para 2045.
Al mismo tiempo, la demanda seguirá creciendo en los países fuera de la OCDE, y para el año 2045 aumentará en 22,5 mb/d, hasta 74,3 mb/d.
"Los principales sectores de la economía que impulsarán el crecimiento de la demanda de petróleo hasta 2045 serán petroquímica, aviación y transporte. El único sector donde la demanda de petróleo disminuirá es la industria energética", dice el informe.