"Proyectamos un crecimiento (negativo) de la producción de - 9% en 2020; 3,5% en 2021; y cerca del 2% a partir de entonces", dice el documento en las conclusiones preliminares de una misión del FMI.
Agregó que "se prevé que persistan los grandes costos sociales y económicos", mientras está en marcha una recuperación "de dos velocidades", dice el pronóstico en el punto dos de las conclusiones, emitidas al final de una visita anual de supervisión de la evolución económica, en virtud del Artículo IV que norma la relación del organismo con sus miembros.
Por otro lado, "no sólo se están retrasando los logros de la última década en estas áreas, sino que el desafío de bajo crecimiento de México desde hace mucho tiempo parece empeorar".
La pandemia de COVID-19 ha cobrado un "trágico costo humano, social y económico en México", la segunda economía de América Latina, país que ha perdido más de 75.000 vidas por el COVID-19; aunque "las estimaciones no oficiales son notablemente más altas", indica en su primer numeral el documento de 15 puntos.
Pérdida de 12 millones de empleos
Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en citar la pérdida de un millón de "empleos formales", registrados en la seguridad social, el FMI indica que "alrededor de 12 millones de trabajadores perdieron sus empleos, la mayoría de los cuales provenían del sector informal sin red de seguridad".
La proporción de la población en situación de pobreza laboral saltó del 36 al 48% en este año, lo cual "apunta a la carga desproporcionada del impacto sobre los pobres y los vulnerables".
Sobre la base de las fortalezas de México en términos de su marco de política macroeconómica y fundamentos del sector externo y financiero sólidos, "se alienta a las autoridades a implementar un paquete integral de apoyo fiscal y monetario a corto plazo, planes creíbles a mediano plazo para anclar la sostenibilidad fiscal y reformas para impulsar la inversión y el crecimiento".
Un mayor apoyo fiscal temporal a corto plazo aliviaría la angustia actual y limitaría el daño económico duradero.
Sin embargo, López Obrador es reacio a ofrecer cualquier tipo de estímulo fiscal a las empresas contribuyentes, y enfoca su respuesta a la crisis en el reparto de unos 15.000 millones de dólares en programas sociales, becas y pensiones.
"Una reforma fiscal creíble a mediano plazo aumentaría el espacio en el corto plazo, reduciría las primas de riesgo y generaría los recursos necesarios para la inversión pública y el gasto social", indican las recomendaciones del FMI.
Una mayor relajación monetaria, en el contexto de unas expectativas de inflación bien ancladas, ayudaría a respaldar la financiación y la recuperación.
Esa recomendación ya fue considerada por el banco central mexicano, que bajó la tasa de interés de referencia 10 veces consecutivas, hasta 4,25%, su nivel más bajo desde septiembre 2016.
En 2010 la proporción de la deuda en relación al PIB era de 42%; se elevó a 54% en 2017; después a 53,6 en 2018; y al cierre de 2020 será de 55,4% del PIB, según la Secretaría federal de Hacienda.
México necesita más apoyo fiscal a corto plazo y reformas creíbles a mediano plazo, puntualiza el documento.
El Gobierno de México prevé que la contracción económica será de 8,8 este año, de modo que el FMI se aproximó al pronóstico oficial.
Pero en 2021 la estimación gubernamental es más optimista: 4,6%, casi un punto más que la previsión del organismo.