La familia de Sonia Sainz-Maza, de 48 años, acusa a las autoridades de olvidar la existencia de otras enfermedades graves en medio del brote de coronavirus.
"La enfermedad ha sido muy cruel con ella, pero la sanidad pública lo ha sido más", declaró la hermana de la mujer, Lydia Sainz-Maza, en Twitter.
Durante la pandemia, Sonia solo recibió atención médica por teléfono.
Qué fuerte es verte en la página de un periódico hermana. No sé cuantas noticias más harán falta para que la @jcyl enmende el error de las consultas telefónicas. A los que abusan de ellas solo les puedo decir qué pena. Nadie os impide iros a casa. @Salud_JCYL pic.twitter.com/SSw4WWQUIw
— Lydia Sainz-Maza Zorrilla (@LydiaSainzMaza) October 4, 2020
Pese a que su médico de cabecera, con quien se puso en contacto por primera vez el 17 de abril, pudo verla en varias ocasiones, "no consideró oportuno explorarla. Nunca le mandó a tumbarse en la camilla. No debía arriesgarse a un posible contagio", escribió Lydia en una carta, titulada Sonia, otra víctima de la COVID, que envió al medio local Diario de Burgos.
Gracias a @diariodeburgos por dejarme contar la triste historia de mi hermana Sonia. El #Covid no lo justifica todo. @DEFENSORAFLORES @AsociacionElDe1 pic.twitter.com/IiiGTZNhZR
— Lydia Sainz-Maza Zorrilla (@LydiaSainzMaza) October 2, 2020
"Por teléfono no se ve el sufrimiento. Por teléfono es difícil percatarse de que una persona se está consumiendo. Y por teléfono parece que tampoco es posible empatizar", expresó.
A Sonia la ingresaron en julio, pero ya era tarde para el tratamiento: el tumor ya estaba en una fase avanzada. La mujer falleció el 13 de agosto.
Los familiares de Sainz-Maza tienen previsto denunciar las posibles negligencias médicas. Están convencidos de que la mujer podría estar viva si hubiera recibido atención médica oportuna.