"El 15 de septiembre, cuando el presidente Daniel Ortega hace el anuncio de la propuesta de reforma penal habíamos tenido 49 asesinatos de mujeres, dos de ellas embarazadas, asesinadas con saña, desprecio, odio", dijo Espinales a una revista matutina del canal cuatro de la televisión abierta.
La legisladora añadió que se trata de un proceso para desmontar esa violencia contra la cual se ha venido luchando desde el 2007 (año del retorno al gobierno del Frente Sandinista); los casi dos millones de firmas recolectadas en apoyo a la legislación demuestran la aceptación por parte de los nicaragüenses.
"Es un proceso de trabajo en el que está inmersa la Corte Suprema de Justicia, porque la ley debe tipificar los crímenes de odio, los cuales pueden ser por intolerancia, por razones étnicas, misoginia o discriminación hacia la diversidad sexual", apuntó Espinales.
La reforma del código penal asimismo tendrá en cuenta los crímenes de intolerancia, como los vividos por el país centroamericano en el contexto del fallido golpe de estado de 2018.
"Nos pegaban fuego, nos torturaban; esos [delitos] también van a ser tipificados", explicó.
"Habíamos bajado los índices de violencia cuando en el contexto del intento golpista nos llegó una ola de violencia nunca vista, que nos marcó a los ciudadanos de tristeza, incertidumbre e inseguridad", comparó la legisladora.
La vicepresidenta del Legislativo recordó que desde hace más de 15 años existe la legislación contra el odio en Estados Unidos, donde comenzó a acuñarse el término ante los constantes asesinatos masivos en las escuelas, y también el Consejo de Seguridad Europeo elaboró una guía para construir una legislación en contra del odio.
El parlamento nicaragüense trabaja sobre la propuesta de reforma en un proceso que incluye análisis de derecho comparado y de la propia estructura de la transformación legal, la cual implica también reformar la ley del sistema penitenciario, puntualizó Espinales.