Marques, de 48 años, formaba parte hasta ahora del Tribunal Regional Federal de la 1ª Región (TRF-1), para que su nombramiento se haga efectivo tendrá que comparecer en el Senado y responder a las preguntas de los legisladores, que deberán dar su visto bueno por mayoría absoluta.
Parabenizo a indicação pelo Presidente da República do conterrâneo Desembargador Kássio Nunes Marques ao cargo de Ministro do Supremo Tribunal Federal. pic.twitter.com/TOk3ILCX3G
— Luiz H Ziza Carvalho (@LuizHSCarvalho) October 2, 2020
Marques trabajó como abogado durante 15 años, formó parte de la Comisión Nacional de Derecho Electoral y Reforma Política de la Orden de los Abogados de Brasil (OAB) del estado de Piauí (noreste) y también como juez en el Tribunal Regional Electoral de ese estado.
Llegó al TRF-1 en 2011, en la cuota de plazas para profesionales procedentes de la abogacía; fue escogido por la entonces presidenta Dilma Rousseff (2011-2016).
Diversos analistas políticos vieron en el nombramiento un guiño a la buena relación con el Congreso Nacional, el presidente del Senado, Davi Alcolumbre, hizo de puente entre Bolsonaro y uno de los actuales jueces del Supremo, Gilmar Mendes, para consultar sobre la idoneidad del nombre.
También pesó a favor de Marques el hecho de ser natural del estado de Piauí, ya que conquistar a los electores de la región noreste del país (la más pobre e históricamente votante de la izquierda) está entre las prioridades de Bolsonaro.
En julio de 2019, Bolsonaro dijo que indicaría para el Supremo a un juez "terriblemente evangélico" para una de las dos plazas que quedarán vacantes durante su mandato, la otra es la del juez Marco Aurélio Mello, que se jubilará en julio de 2021.
Ante la decepción de parte de sus seguidores, Bolsonaro aclaró el jueves 1 de octubre que la plaza para un juez evangélico será la del año que viene.