Según la leyenda, el Rey Arturo, personaje clásico de la literatura europea, tenía una hermanastra que era una poderosa hechicera con la capacidad de cambiar de aspecto. Conocida como Morgana le Fay, Morgane, Morganna, Morgaine y diversos otros nombres, es citada como un hada, una maga, o una hechicera dependiendo de la obra literaria. Aunque la etimología de su nombre no está clara, hay estudiosos que sostienen que la palabra morgana puede venir del bretón mori-gena, que significa "nacida del mar".
Las formas son diversas: barcos voladores, ciudades flotantes, montañas ficticias, icebergs o acantilados, o lo que parecen ser edificaciones dignas de las fantasías más clásicas. Muchas personas han visto ilusiones ópticas como estas en todas las costas, y las redes sociales está llenas de imágenes increíbles. Quienes no saben de qué se trata, creen haber descubierto una maravilla.
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Morgana es en varios relatos discípula del mago Merlín, personaje ficticio galés, aunque en otros aparece como su rival. Para embrujarlo, Morgana lo seduce transformando su propia apariencia, y lo mismo hace con Arturo, de quien también ha sido rival en otras historias.
Igualmente engañosas son las vivas imágenes que se ven desde la costa. La siguiente fotografía fue tomada desde la emblemática playa turística de Kerambigorn, al oeste de Francia.
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En esta, en cambio, la ubicación es Catalunya, noreste de España.
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¿Cómo se genera el efecto Fata Morgana?
Cuando los rayos de luz, originalmente rectos, atraviesan la atmósfera o cualquier masa de aire, su trayectoria varía y se tornan curvos. Este fenómeno, llamado refracción, es el que genera ciertos efectos visuales.
"Los espejismos son fenómenos asociados a la propagación de la luz en medios no homogéneos, donde el índice de refracción varía continuamente con la altura y, por tanto, la luz describe trayectorias curvas. Dichas curvas presentan una concavidad en la dirección de aumento del índice de refracción. Es decir, la luz se curva hacia el medio (agua, aire, etc.) con mayor índice de refracción”, explica el libro Descubriendo la luz.
Para que se genere el efecto Fata Morgana tiene que haber una inversión térmica entre las capas cercanas al suelo o a la superficie del agua. Cuando la luz llega, "la posición real del objeto está sujeta a la interpretación humana, ya que la formación de la imagen está condicionada por la refracción de la luz", que ha sido alterada.