Este punto de la agenda de Pompeo suscitó la preocupación de Turquía de que su aliado de la OTAN vaya a transferir sus fuerzas militares de la base de Incirlik a territorio griego.
Mientras tanto, esos rumores no son más que un elemento de "efecto psicológico" en Ankara, opinó el exjefe del Departamento de Inteligencia del Estado Mayor turco, Ismail Hakki Pekín.
"En la actualidad, con la formación de un nuevo orden mundial, EEUU está tratando de aumentar su influencia en las regiones de su estancia. No creo que en esta situación EEUU deje la base de Incirlik", declaró.
Argumentó que la presencia en Incirlik le da a EEUU la oportunidad de controlar y obtener acceso a áreas muy grandes desde el puerto turco de Mersin hasta Afganistán y Pakistán.
"Con esta situación, no creo que EEUU deje esta base. Además, en caso de su retirada, perderá el contacto con Turquía", aseveró.
"Así pues, el objetivo es hacer que Turquía haga concesiones en el Mediterráneo oriental 'asustándola' con la soledad de la región", afirmó el experto.
Pekín subrayó que las bases norteamericanas en Grecia son un instrumento de disuasión frente a Rusia.
"Teniendo en cuenta el desarrollo activo de las relaciones turco-rusas, EEUU entiende que no puede contrarrestar a Rusia a través de Turquía. Por lo tanto, Washington utiliza a Grecia y a otros actores regionales para limitar la influencia rusa en el mar Negro. Al mismo tiempo, existe una presión psicológica muy seria destinada a devolver a Turquía a la órbita de la influencia de Estados Unidos", comentó.
Según el experto, los países occidentales intentan asustar a Ankara de que la retirada de los estadounidenses de la base de Incirlik pondrá a Turquía en una posición difícil "a solas, uno a uno con Rusia".
"Mientras tanto, la base de la Fuerza Aérea en Incirlik no aporta actualmente ningún beneficio a Turquía. Estoy convencido de que debe cerrarse", concluyó Pekín.