Los insiders relatan que la pareja realmente creía que sería posible negociar su salida de la realeza a través de un intercambio de mensajes vía correo electrónico, dar un aviso previo de unos tres meses y luego irse del Reino Unido, detalló The Express.
"Simplificaron demasiado lo que estaban pidiendo", dijo una de las fuentes a los autores del libro.
Como luego quedó claro, este no resultó ser el caso. Al príncipe de Gales no le gustó la propuesta original de su hijo y nuera, por lo que requirió ciertas adaptaciones al acuerdo de salida de la pareja.
Uno de los mayores problemas en las negociaciones del Megxit —como se bautizó el proceso en los tabloides británicos— fue, por supuesto, el dinero. Meghan y Harry insistieron en que podían trabajar para ser económicamente independientes, pero los cortesanos sentían que esto no era algo realista. Si bien era fácil decir que no aceptarían dinero público, se consideró "otra cosa muy distinta" cumplir con dicha intención, apuntaron las fuentes.
Un asistente de la realeza se quejó de que la pareja había "creado un dolor de cabeza completo para todos".
Un asistente de alto rango del Palacio de Buckingham dijo a los autores del libro que si los duques de Sussex hubieran hecho las cosas de manera diferente, podrían haber logrado un mejor resultado.
"Harry y Meghan habrían llegado a un acuerdo más beneficioso que les permitiría vivir la vida que querían, si hubieran manejado las cosas de manera privada y digna", subrayó.