El 28 de septiembre, el presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que se debe hacer conclusiones sobre la situación con Navalni partiendo de la información proporcionada por Rusia o su negativa a dar explicaciones.
"Contamos y explicamos todo esto varias veces y de forma absolutamente transparente, también aclaramos que necesitamos la información que está disponible en Berlín y París", dijo Peskov, asegurando que Moscú está dispuesta a cooperar con los Estados europeos para investigar la situación y ya proporcionó datos sobre lo sucedido con Navalni en el territorio ruso.
Sin embargo, volvió a recordar que "ni Berlín ni París se apresuran a compartir esta información con nosotros, lo que obstaculiza considerablemente la ulterior aclaración de lo sucedido".
En lo referente a la importancia política de Navalni, el portavoz del Kremlin señaló que en condiciones de la pandemia, el Gobierno de Rusia considera prioritaria la salud de cada ciudadano del país.
El 22 de septiembre, el activista anticorrupción ruso Alexéi Navalni fue dado de alta del hospital universitario Charité en Berlín, tras pasar allí 32 días, 24 de ellos en cuidados intensivos.
Navalni fue trasladado a Berlín tras haber pasado dos días en un hospital de la ciudad rusa de Omsk, en Siberia, luego de que perdiera el conocimiento durante un vuelo de Tomsk a Moscú.
En el hospital de Omsk, Navalni fue inducido en un coma y tratado con atropina, fármaco que suele utilizarse como antídoto para los agentes nerviosos. Sin embargo, los médicos del hospital ruso afirmaron luego que no habían detectado rastros de toxinas en la sangre y la orina del paciente, cuya condición atribuyeron a un "trastorno metabólico".
Un laboratorio militar de Alemania y, posteriormente, laboratorios de Suecia y Francia determinaron que el opositor ruso había sido envenenado con un agente del grupo Novichok, una sustancia prohibida por la Convención sobre las Armas Químicas. Alemania proporcionó las muestras correspondientes a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas.
Desde Moscú califican de infundada la versión alemana sobre lo ocurrido con Navalni y dicen esperar respuestas oficiales a las solicitudes enviadas a Berlín.