El espacio aéreo fue uno de los ámbitos donde la pandemia de COVID-19 pegó más duro, limitando casi por completo la actividad de vuelos comerciales en todo el mundo y dejando a miles de aerolíneas en situación crítica. En América Latina, varias de las aerolíneas más conocidas debieron reformular sus modelos de negocios haciendo que la paulatina reapertura traiga consigo un escenario diferente al del inicio de la pandemia.
En ese marco, por ejemplo, Latam anunció su decisión de dejar de operar vuelos internos en Argentina y cerrar sus oficinas en ese país, limitándose a ofrecer únicamente vuelos internacionales. La empresa, de origen chileno y brasileño, despidió a más de 1.700 empleados en Argentina y dejó de operar vuelos de cabotaje tras quince años. El retiro dejó al país sudamericano sin el 16% de sus conexiones internas.
La salida de Avianca de Perú también fue traumática, al despedir en mayo a más de 900 empleados y dejar de cubrir varios vuelos internos. Aeromexico, por su parte, también anunció a mediados de año la posibilidad de despedir a unos 2.000 empleados.
El panorama comenzó a ser un poco más alentador para el sector a partir del segundo semestre, cuando algunos países comenzaron a permitir la reactivación de vuelos. Según datos de Asociación de Transporte Aéreo de América Latina y el Caribe (ALTA), las terminales aéreas de América Latina movieron en el mes de julio a 4,9 millones de pasajeros. Si bien la cifra es 83,3% menor a la del mismo período de 2019, marca una recuperación con respecto a abril, cuando solo viajaron 1,1 millones.
De las grandes a las lowcost
La reactivación, aunque pequeña, trajo consigo el regreso de las grandes aerolíneas latinoamericanas. Latam anunció que en octubre operaría 440 vuelos, un 42% más que los 310 que había volado en septiembre de 2020.
Avianca, apuntalada por un préstamo de 370 millones de dólares del Gobierno colombiano, anunció que a comienzos de octubre retoma "de forma gradual" sus vuelos internacionales desde Colombia hacia Estados Unidos, Brasil, Ecuador y México. El 15 de octubre se sumarán también vuelos a Bolivia, Chile, Guatemala, El Salvador y República Dominicana.
La estatal argentina Aerolíneas Argentinas espera volver a volar hacia el mundo el 1 de octubre, con servicios a Miami, Madrid, Sao Paulo y Santiago de Chile, en modalidades que combinarán vuelos de carga con pasajeros y, por lo tanto, tendrán venta de pasajes más acotadas. Sus autoridades esperan que Lima y Asunción se sumen en las próximas semanas como otro de los destinos regionales.
En Chile, la lowcost Sky logró sobrevivir a la paralización y anunció que está lista para realizar vuelos hacia Rio de Janeiro, Sao Paulo y Lima en octubre. Con el reinicio de sus 12 vuelos internos, la empresa chilena se encuentra en la envidiable situación de haber retomado el 100% de su actividad habitual.
Diferente es la situación de las lowcost argentina FlyBondi y JetSmart, que mantienen la incertidumbre debido a que Argentina aún no definió una fecha de reinicio de los vuelos de cabotaje.
La pandemia significó crisis para todas las aerolíneas pero algunas parece haber podido aprovecharlas. Es el caso de Amaszonas, una aerolínea surgida en Bolivia pero que logró ganar presencia en Paraguay y Uruguay. Precisamente, esa aerolínea consiguió ser la encargada de los primeros "vuelos burbuja" que permiten conectar Montevideo con Asunción, en un servicio que pone énfasis en las precauciones para evitar nuevos brotes de coronavirus. La misma aerolínea había consolidado buenas relaciones con Montevideo al encargarse de muchos de los traslados de uruguayos varados al comienzo de la pandemia y suscribir acuerdos con el Ministerio de Salud Pública de ese país para transportar insumos médicos.