"Necesitamos un régimen internacionalmente acordado de pruebas de COVID-19 previas a la salida para dar a los Gobiernos la confianza para reabrir las fronteras y a los pasajeros la confianza para viajar en avión nuevamente. A nivel mundial, decenas de millones de empleos dependen de la aviación", dice el texto.
La IATA afirma que la demanda de pasajeros internacionales se desplomó 88,3% en agosto en comparación con el mismo mes de 2019, y solo mejoró levemente con respecto al descenso de 91,8% registrado en julio.
En su estimación anterior señalaba que la disminución del tráfico en todo el año sería de 63%.
El comunicado agrega que las reservas anticipadas de viajes aéreos en el cuarto trimestre muestran que la recuperación del sector, desde su punto más bajo en abril, continuará vacilando.
El director general y CEO de IATA, Alexandre de Juniac, dice en texto que el "desempeño desastroso del tráfico" de agosto pone un tope a la peor temporada de verano de la industria.
"La recuperación de la demanda internacional es prácticamente inexistente y los mercados nacionales de Australia y Japón han retrocedido ante los nuevos brotes y las restricciones de viaje", agregó.
"Este año, las aerolíneas no tienen esa protección. Sin medidas de ayuda gubernamentales adicionales y una reapertura de las fronteras, cientos de miles de empleos en las aerolíneas desaparecerán", alertó.
El funcionario añadió que si no se abren las fronteras, no solo las aerolíneas y los empleos estarán en riesgo, sino que también los medios de vida de esas personas.