"Esta es la tercera y quizás la última estatua de Bellingshausen, (...) va a Río de Janeiro con motivo de que hace 200 años Bellingshausen partió de Río de Janeiro hacia la Antártida", dijo en la ceremonia el presidente del IBBA, Sergey Brilev.
Brilev aclaró que el primer monumento fue colocado en 2016 en Montevideo, en la Plaza de la Armada uruguaya, y la segunda se instaló en la base Bellingshausen en la Antártida, en enero de este año.
"Claro que preferiría hoy estar en Río de Janeiro, pero por razones obvias, por el COVID-19, hacemos esta presentación aquí. Lo trasladaremos [el monumento] a Brasil, la cuestión es cuándo viajaremos allí nosotros", apuntó.
La ceremonia de inauguración del monumento se celebró en pleno centro de la capital rusa, en el callejón Petrovski, en el patio de la sede de la Sociedad Histórico-Militar Rusa.
El acto contó con la presencia del asesor del Kremlin y presidente de la Sociedad Histórico-Militar, Vladímir Medinski, el agregado militar de la embajada brasileña en Moscú, el coronel Alfredo Ferreira dos Santos Filho, y el director adjunto del Departamento de América Latina del Ministerio de Exteriores de Rusia Alexéi Labetski.
Aporte a las relaciones bilaterales
Labetski expresó su confianza en que el monumento presentado este 29 de septiembre se pueda instalar en Río de Janeiro ya el año que viene.
"No solo va a contribuir a nuestras amistosas y transparentes relaciones de asociación estratégica con Brasil, sino también va a ser un aporte conjunto a la historia, a la tarea de inmortalizar a las personas que crearon esta historia", destacó en el acto.
Por su parte, el coronel brasileño en la ceremonia pronunció un discurso del embajador de Brasil en Rusia, Tovar da Silva Nunes, que destacó que Río de Janeiro recibirá el monumento "con gran honor".
"Hace 200 años, Río de Janeiro fue un punto logístico importante para el descubridor de la Antártida, y tuvo el honor de recibir esta misión histórica incluso antes del inicio de las relaciones diplomáticas formales entre Brasil y Rusia", afirmó.
"La historia de Bellingshausen une a Rusia y Brasil, igual que nuestra alianza victoriosa contra el nazismo hace 75 años, y nuestro respeto a la soberanía que ejercen los Estados sobre sus aguas territoriales. Por eso la asociación brasileño-rusa, ha dado su espíritu y disposición a cooperar, es como un buque que no se va a hundir", enfatizó el diplomático en referencia a la canción rusa 'Abogamos por que no se hundan los barcos en el mar azul'.
A su vez, Bruno Quadros e Quadros, de la sección política de la Embajada brasileña en Moscú destacó en un comentario a Sputnik que el descubrimiento de la Antártida, realizado en 1820 por los exploradores rusos Fadéi Bellingshausen y Mijaíl Lázarev, abrió para Brasil nuevas posibilidades de cooperación con otros países.
"Para nosotros es un hecho muy importante, porque la Antártida es nuestra vecindad, y por ello el hecho de Bellingshausen y Lázarev fue importante para que nosotros conociéramos nuestra vecindad, así como las posibilidades de cooperación y de estudios científicos que el descubrimiento de la Antártida abrió", dijo.
El funcionario de la Embajada asistió este 29 de septiembre a la presentación de un monumento a Bellingshausen, en Moscú.
En noviembre del mismo año su tripulación alcanzó Río de Janeiro. De allí Bellingshausen se dirigió hacia el sur, y en enero de 1820 se convirtió en el primer explorador en ver con sus propios ojos los glaciares de la Antártida.
El Instituto Bering-Bellingshausen para las Américas es una oenegé que se dedica a contribuir al diálogo de políticos, empresarios, periodistas y científicos de Rusia y los países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) con sus colegas de ambas Américas.
Vacuna rusa contra el COVID-19
"Creo que la celebración de los 200 años del descubrimiento es una oportunidad para subrayar el potencial de nuestra cooperación [con Rusia] en el ámbito científico, ya sea en investigaciones polares o en cuestiones bioquímicas, como ahora en el caso del COVID-19, de la vacuna", apuntó Quadros e Quadros.
Quadros e Quadros señaló que el tema de la vacuna rusa contra el COVID-19 "ha despertado el potencial de la cooperación tecnológica y biotecnológica" entre los estados brasileños y Rusia.
Según los desarrolladores, la vacuna demostró una inmunogenicidad estable y protegerá contra el nuevo coronavirus por un plazo de hasta dos años.
A inicios de este mes de septiembre, el RFPI acordó el suministro de 50 millones de dosis de la vacuna rusa Sputnik V a Bahía, que será el segundo estado brasileño en testar la vacuna rusa, tras el acuerdo al que llegó el estado de Paraná en las últimas semanas.
En el caso de Paraná, a partir de octubre se empezará a inmunizar a 10.000 voluntarios, y también se prevé la transferencia de tecnología para que en 2021 pueda empezar a producirse la vacuna a gran escala en territorio brasileño.