La secretaria general en funciones de Amnistía Internacional, Julie Verhaar, calificó el embargo de cuentas como "un acto mayúsculo y vergonzoso del Gobierno de la India, que nos obliga a cesar la labor crucial pro derechos humanos".
"Sin embargo, esto no marca el final de nuestro firme compromiso y participación en la lucha por los derechos humanos en la India. Trabajaremos resueltamente para determinar cómo Amnistía Internacional puede seguir desempeñando nuestro papel en el movimiento de derechos humanos en la India durante los próximos años", agregó.
También afirmó sentirse orgullosa del trabajo realizado en la India por Amnistía Internacional, incluida su labor contra la violencia de género y sus llamamientos inequívocos a que las autoridades rindan cuentas por su actuación durante los disturbios en Nueva Delhi y en Jammu y Cachemira.
"Lamentablemente, este trabajo de importancia enorme en defensa de las víctimas se ha enfrentado con las tácticas de mano dura, con las que la sociedad civil india se familiariza cada vez más, debido a la línea del Gobierno para silenciar las voces críticas y alimentar un clima de miedo", constató Verhaar.