La 40º edición del evento estaba prevista para la última semana de febrero, pero los organizadores decidieron retrasarla para los días entre el 7 y el 11 de julio.
El cambio de fecha se hace con la esperanza de que para entonces haya "un mejor entorno que permita la movilidad internacional", según señalan los organizadores en un comunicado.
El retraso permitirá también "ampliar el tiempo de trabajo de preparación de los proyectos", así como "garantizar a profesionales llegados de todos los rincones del mundo, y al público, un contexto más seguro y unas condiciones sociales y comerciales más favorables".
Pese al complicado contexto actual, en el que Madrid es el principal foco de contagios de COVID-19 en toda Europa, desde ARCO esperan que la "internacionalidad" siga siendo un "pilar esencial" de la feria el próximo año.
ARCO consiguió celebrar su edición de 2020 a principios de marzo, pocos días antes de que España declarara el estado de alarma contra el coronavirus, cerrando el evento con un éxito de ventas pero con un descenso de visitantes por la situación sanitaria.
En concreto, la feria perdió un 7% de asistencia, cayendo a los 93.000 visitantes desde los 100.000 registrados un año antes.