En representación del Bloque Nacionalista Gallego, el político formuló unas preguntas incómodas, así como una proposición no de ley que apuntan a abrir paso en España a "todas las opciones disponibles a nivel internacional que hayan demostrado su eficacia en la lucha contra la COVID-19" como las que ofertan Rusia o China.
Asimismo, llaman a no cometer el error de poner "todos los huevos en una misma cesta", es decir, optar exclusivamente por la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford conjuntamente con la farmacéutica AstraZeneca.
En este contexto, se constata que "los problemas de los ensayos después de que un paciente sufriera una enfermedad 'potencialmente sin explicación', y un segundo, una enfermedad neurológica que obligaron a parar los ensayos, demuestran que no fue una buena decisión".
No obstante, España está "obviando" vacunas como la rusa Sputnik V, que "completó dos fases de ensayos, cuyos resultados fueron publicados en la prestigiosa revista británica The Lancet", al tiempo que "más de 75 publicaciones internacionales y 250 estudios clínicos apuntan hacia la eficacia y seguridad" del fármaco que fue solicitado por "más de veinte países", habiendo también acuerdos con cinco naciones para producir en los mismos "hasta 500 millones" de dosis.
Indica además que tampoco se presta atención a antivirales como el ruso Avifavir pese a haber demostrado "ser muy eficaz para el tratamiento, sobre todo en estadios tempranos, cuando el virus está comenzado a multiplicarse", y con un precio económico. Unas características de las que no puede presumir el antiviral estadounidense Remdesivir, el único que está autorizado en España hasta ahora.
"La farmacéutica Gilead ha fijado el precio del antiviral para tratar la COVID-19, Remdesivir, en 347 euros, por lo que el tratamiento en la mayoría de los pacientes (cinco días con seis viales) ascendería a unos 2083 euros, aproximadamente. El genérico medicamento ruso Avifavir no está aún autorizado en España a pesar de que los estudios científicos apuntan a que reduce en un 50% la hospitalización de los casos medios y severos, además de tener un precio sensiblemente inferior", se lee en los documentos.
Una situación que, según Néstor Rego Candamil, se explica por "los intereses económicos de grandes laboratorios e incluso grandes fortunas mundiales", así como por "decisiones geoestratégicas de los Estados que convierten esta carrera en una nueva 'Guerra Fría' en la que está en juego el prestigio y la hegemonía mundial en materia de ciencia e investigación".
Algo que está costando cada vez más vidas, habiendo fallecido en España hasta el momento ya más de 30.000 personas.
"Esto nos parece una irresponsabilidad en un contexto en el que lo lógico sería que los países con más recursos del planeta procurasen cooperar en vez de competir, y en el caso del Estado español, lo que nos interesa es que pueda haber una vacuna que permita afrontar la lucha contra la pandemia con eficacia cuanto antes, y el país de procedencia en este caso nos parece absolutamente secundario", enfatizó el diputado a Radio Sputnik.