Cuando se están por cumplir 200 días de aislamiento obligatorio, Argentina se encuentra transitando el pico de contagios y muertes relacionadas a la pandemia de COVID-19. En las últimas jornadas, el país viene registrando a diario más de 200 fallecimientos y más de 10.000 casos. El récord de decesos en un solo día se produjo el 24 de agosto, cuando se anunciaron 382 vidas perdidas con coronavirus.
"Está disminuyendo y está en una meseta alta en las zonas donde inició el brote tempranamente, donde hubo una circulación del virus importante. Hay zonas donde empezó mucho más tarde. Es imposible lograr que el virus no circule, lo único que podemos hacer es tratar de lograr que sea gradual y que no tenga un crecimiento exponencial", dijo a Sputnik Ricardo Teijeiro, médico miembro de la Sociedad Argentina de Infectología.
Según los últimos registros, la ciudad de Buenos Aires, donde vive casi 7% de la población, mostró 22% de los casos totales y el interior, donde reside más de la mitad de los habitantes del país, registró 16% de los contagios. Hace un mes, los números eran de 31% y el 9%, respectivamente. La provincia de Buenos Aires, que rodea la metrópolis y donde vive casi 40% de la ciudadanía, se mantuvo estable con 60% de los contagios en agosto y 62% en septiembre.
Focos en la lupa
En el AMBA los gobiernos jurisdiccionales comenzaron gradualmente con la apertura de actividades, con extrema supervisión de las autoridades sanitarias. En el resto del país, donde la circulación comunitaria fue baja o nula durante los primeros meses, los órganos de control se debaten acerca de las medidas de prevención a seguir, con posibilidad de fases de cuarentena diferenciadas según la localidad.
"Cada jurisdicción tiene que tomar una decisión ante la situación que está viviendo. Ahí hay que tener en cuenta muchas cosas: qué circulación tengo, qué impacto tengo, qué cantidad de positivos tengo y qué sistema sanitario tengo. Si tengo un sistema sanitario que no puede enfrentar la demanda, tengo que hacer todo el esfuerzo para que baje la circulación. Nadie puede controlar al virus, pero sí se puede controlar a la gente para que no haya tanta transmisión", enfatizó el especialista.
El Gobierno nacional y los gobiernos provinciales manifestaron precupación por las zonas con brotes dramáticos, sobre todo en las localidades de Orán en Salta, Resistencia en Chaco y la capital de Jujuy (norte); Río Grande en Tierra del Fuego, Río Gallegos en Santa Cruz y Alto Valle en Río Negro (sur); Venado Tuerto y Rosario en Santa Fe, Mendoza capital y el conurbano bonaerense (centro).
Las ciudades más grandes del interior, como las capitales de las provincias de Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, Salta o la ciudad balnearia bonaerense de Mar del Plata, vienen superando sus propias cifras récord en las últimas semanas, con centenares de casos nuevos diarios y acercándose a la saturación de sus instalaciones hospitalarias.
La necesidad de controlar los brotes es prioridad en zonas que aspiran a recibir visitantes con la llegada de la temporada de vacaciones, que comienza a partir de mediados de diciembre hasta marzo.
"Los tres pilares de la prevención los conocemos: distanciamiento físico, uso de barbijo e higiene. Si esto se respeta, quizás podamos circular y estar al aire libre. Dentro de poco tiempo, para fin de año y para el verano, vamos a tener gran circulación por el turismo. Cada área se va a ir preparando, en todo esto se está trabajando", aseguró Teijeiro.
Comparación internacional
La evidencia más concreta de que el país se encuentra en el pico es que a comienzos de esta semana, según las cifras del sitio especializado Our World In Data, que utiliza el promedio móvil de los últimos siete días, Argentina fue el tercer país con más fallecidos por millón de habitantes, con 4,74 muertos por millón, detrás de Guam y Aruba, dos naciones con menos de un millón de ciudadanos. Le siguieron Colombia, Bolivia, Perú, México, Brasil, Bahamas y Costa Rica, en ese orden.
A nivel regional, Argentina se ubica por debajo de Brasil, México, Perú y Colombia, y por encima de Chile Paraguay y Uruguay en cantidad de fallecidos totales por COVID-19, aunque es importante considerar que las últimas dos son naciones que carecen de centros urbanos con más de cinco millones de habitantes.