"No se trata de una privatización, es una delegación; el Estado no realiza inversión, entrega el petróleo crudo, recibe todos los derivados por el pago de una tarifa y autoriza el servicio de la refinación a través de la figura de delegación", manifestó el jerarca ecuatoriano en una conferencia de prensa.
La empresa que gane la licitación deberá mejorar la planta, construir un tren de conversión de residuos a productos limpios y entregar derivados de calidad Euro-5.
El ministro agregó que tanto el complejo industrial como los combustibles que se produzcan seguirán perteneciendo al Estado.
Para garantizar el cumplimiento de las diversas fases, el adjudicatario deberá entregar al Estado un total de 340 millones de dólares en garantía.
Ortíz estimó que con las obras que se realizarán en la refinería, el Estado se ahorrará unos 300 millones de dólares al año pues disminuirá la importación de combustibles.
La refinería de Esmeraldas tiene fallas técnicas que han ocasionado en diversas ocasiones su paralización, pese a que el gobierno de Rafael Correa (2007 - 2017) invirtió 2.200 millones de dólares para repotenciarla.
En ese proceso hubo denuncias de corrupción que terminaron con el procesamiento con prisión de un exministro de Energía y tres gerentes de la refinería, mientras que otros exfuncionarios permanecen prófugos.