"Diecisiete organizaciones científicas trabajan en 26 vacunas distintas contra el coronavirus", dijo la alta funcionaria en una reunión de la Academia de Ciencias de Rusia.
Popova informó también de las investigaciones que realiza el Centro de Virología y Biotecnologías Vector sobre las mutaciones del coronavirus.
Rospotrebnadzor cuenta con una red de laboratorios distribuidos en toda la geografía del país que envían material relevante a Vector, la institución, ubicada en la ciudad de Novosibirsk, responsable de descifrar el genoma del coronavirus SARS-CoV-2.
El centro Vector también desarrolla su propia vacuna contra la enfermedad COVID-19 denominada EpiVacCorona. La fase II de los ensayos clínicos con 100 voluntarios está previsto que concluya el 30 de septiembre.
Efectos secundarios en los vacunados
Un 14% de los voluntarios participantes en los ensayos posregistro de la vacuna rusa contra el coronavirus presentan efectos secundarios como fiebre o dolor muscular, declaró el ministro de Sanidad de Rusia, Mijaíl Murashko.
"Fueron vacunadas más de 300 personas. Un 14% de ellos tienen quejas menores de debilidad, dolores musculares menores durante el día y alguna vez tienen fiebre", dijo Murashko a la prensa.
El ministro recordó que este tipo de complicaciones son previsibles y "están descritas en las instrucciones".
"En paralelo está en marcha la producción industrial de una gran cantidad de dosis de la vacuna, incluidas formas liofílicas y líquidas. Hasta la fecha, tres grandes fabricantes trabajan en esta área, la labor avanza de acuerdo con la hoja de ruta", afirmó.
La vacuna más avanzada es Sputnik V, del prestigioso Centro de Investigación de Epidemiología y Microbiología Nikolái Gamaleya, con sede en Moscú.
Sputnik V, basada en los vectores adenovirales humanos, se convirtió el 11 de agosto en la primera vacuna registrada en el mundo.