Conforme a la cronología de los hechos, Navalni llegó a Tomsk el 18 de agosto. Le acompañaban en ese viaje seis personas: su portavoz Kira Yarmish, Vladen Los, Gueorgui Alburov, Iliá Pajomov, Pavel Zelenski y la enigmática mujer identificada por varios medios como María Pevchij que no tiene cuenta en ninguna red social y usa redes privadas VPN para pasar desapercibida en Internet.
El pleno vuelo Navalni repentinamente se sintió mal, lo que obligó a los pilotos a realizar un aterrizaje de emergencia en Omsk. El hombre fue ingresado en el hospital de esa ciudad donde los médicos lograron salvarle la vida.
Tras conocerse la noticia de la hospitalización del opositor, la misteriosa mujer viajó en coche a Novosibirsk, situada a unos 200 kilómetros de Tomsk. De allí voló a Omsk. En esa ciudad Pevchij se negó a dar testimonios a la Policía sobre lo ocurrido con Navalni.
Después de que los médicos de Omsk lograran estabilizar el estado de Navalni, el opositor fue trasladado a Alemania el 22 de agosto en un avión sanitario. La enigmática mujer logra subirse a la aeronave haciéndose pasar como intérprete.
El silencio de Alemania
Las autoridades alemanas guardan un fuerte mutismo sobre Pevchij, mujer que podría ser clave en la investigación del caso Navalni.
"El Ministerio del Interior de Alemania no puede proporcionar información sobre casos individuales (...) por razones de protección de datos", alegaba este organismo el 11 de septiembre en una respuesta a Sputnik.
El 14 de septiembre, el Gobierno de Angela Merkel volvió a negarse a confirmar la estancia de Pevchij en el país. "No puedo decir nada concreto sobre el paradero de esa persona", dijo el portavoz del Ejecutivo germano, Steffen Seibert, en una comparecencia ante la prensa.
El Ministerio de Justicia alemán también rehusó aclarar si había recogido los testimonios de la mujer sobre lo sucedido.
Discrepancias médicas
Los médicos del hospital ruso, los primeros que atendieron a Navalni, le diagnosticaron un trastorno metabólico provocado por una fuerte caída del nivel de azúcar en la sangre. Los doctores no encontraron rastros de ningún veneno en los análisis realizados. Los estudios se realizaron en equipos sofisticados de fabricación estadounidense.
Ese mismo día, los expertos del hospital de Omsk precisaron que Navalni se sometió a exámenes de una vasta serie de sustancias estupefacientes, sintéticas, psicodélicas y fármacos, incluidos los inhibidores de colinesterasa, y todos los resultados dieron negativo.
Ante las discrepancias médicas, la Fiscalía rusa solicitó a su similar de Alemania colaboración para esclarecer el enigma y pidió, en concreto, que compartan los resultados de sus análisis e información concreta. Una petición que hasta ahora Berlín ignora.
El Gobierno alemán insiste en que Navalni fue "envenenado" con un agente neuroparalizante altamente tóxico y letal.
El 14 de septiembre trascendía que el hombre fue desconectado de la ventilación mecánica y ya era capaz de levantarse de la cama.
Este 15 de septiembre Navalni publicó en Instagram una foto en la que se le ve sentado en el hospital, rodeado de su familia. "Les echo de menos. Todavía no puedo hacer casi nasa, pero ayer fui capaz de respirar por mi cuenta todo el día. Totalmente por mi cuenta, sin ninguna ayuda externa, sin siquiera una válvula en la garganta. Me gustó mucho. Un proceso asombroso, infravalorado por mucha gente. Se lo recomiendo", decía el texto al pie de la foto.
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Con 25 días en coma inducido, la odisea de Navalni tras su recuperación podría dar un nuevo giro, mientras tanto las pesquisas preliminares continúan su curso en Rusia, aunque la investigación sigue bloqueada por la falta de colaboración de Alemania.