Después de que el virus ingresa a una célula sana, empieza a interactuar activamente con las biomoléculas intracelulares, entre las cuales están los micro-ARN potencialmente capaces de suprimir la replicación viral. Estas moléculas, al unirse al ARN del virus, lo destruyen.
Un poderoso ataque de micro-ARN puede detener completamente la propagación del virus, mientras una interacción débil solamente ralentiza su replicación. Por esta razón, algunos virus acumulan sitios de unión para los micro-ARN del hospedador, lo que les permite debilitar su ataque. Los virus con una gran cantidad de sitios de unión sobreviven y se reproducen mejor, lo que conduce a su predominio evolutivo.
Ahora, los científicos planean poner a prueba sus hallazgos para determinar si es posible afectar la multiplicación del virus a través de la introducción o eliminación artificial de micro-ARN. Los investigadores esperan que su descubrimiento se pueda usar en el futuro para crear nuevos medicamentos y métodos para tratar las infecciones por coronavirus.