En la segunda mitad del siglo XX, EEUU fortaleció su estatus de potencia económica y tecnológica mundial. Se formó un sistema financiero mundial, basado en la hegemonía del dólar como principal moneda de liquidación entre países. Poco a poco se estableció un orden mundial político, económico y tecnológico centrado en EEUU.
Si uno analiza la naturaleza de las sanciones estadounidenses contra China, le queda claro que van dirigidas precisamente a aquellas áreas en las que China ha ganado un peso significativo en el mundo.
China es el mayor exportador del mundo, y EEUU impone aranceles a los productos chinos. Las empresas tecnológicas chinas se están apoderando de los mercados mundiales, EEUU a su vez les está imponiendo sanciones. Las empresas chinas tienen récord de ofertas públicas iniciales en las bolsas estadounidenses, entonces EEUU desarrolla nuevas normas para limitar la cotización de las empresas chinas.
Por su parte, China no quiere enfrentarse a EEUU y desvincularse completamente de la primera economía del mundo, opina Robert Daly, director del Centro Wilson del Instituto Kissinger.
Sin embargo, si la situación se agudiza, Pekín "no retrocederá" y desarrollará sus propios instrumentos financieros.
"Hay un peligro real de que China y gran parte del resto del mundo desarrollen sistemas financieros separados para cosas como el pago de la deuda internacional y los pagos por el comercio", advirtió.
Esto polarizaría el mundo y otros países tendrán que elegir cuál de los dos modelos de desarrollo socioeconómico y tecnológico adoptar, supuso.
La propia China no ha buscado dar forma a un nuevo orden mundial, ni ha tratado de aislarse del resto del mundo, pero las acciones de EEUU le obligan a defenderse y a tomar medidas de represalia, declaró a Sputnik Chen Fengying, miembro del Instituto de Economía Mundial de la Academia China de Relaciones Internacionales Modernas.
"Supongo que hay motivos más protectores que los aislacionistas que implican la existencia de dos sistemas. Creo que aunque haya dos sistemas en el mundo, es una consecuencia de la protección, no de la separación", aseguró dando como ejemplo la creación del ecosistema Kungpeng por parte de Huawei "debido al deseo de protección y no de separación".
Lamentó que muchos países estén adoptando una postura defensiva en las condiciones actuales. Por otro lado, subrayó que en el mundo contemporáneo es imposible separarse.
"Creo que el orden mundial está siendo rediseñado y reestructurado. Todos los países deben reconocerse entre sí. Aun así, la situación internacional ha sufrido graves cambios", indicó.
En estas condiciones, China sigue esforzándose por lograr la cooperación internacional en un mundo globalizado aunque es normal jugar un cierto juego, concluyó el experto.
El país asiático está dispuesto a participar en la elaboración de normas mundiales sobre el uso ético de la inteligencia artificial, la protección de los datos personales, la gestión del ciberespacio y la seguridad digital mundial.