Según el también director del Centro Delàs de Estudios por la Paz, con sede en Barcelona, la inmediata declaración de la guerra contra el terrorismo por el entonces presidente norteamericano, George Bush hijo, fue y sigue siendo en la práctica un "pretexto" para tratar de extender por la vía bélica la "hegemonía" estadounidense en países que considera como 'eje del mal'.
"Se atacó primero a Afganistán, después a Irak; en el Líbano hubo una guerra a través de Israel; luego vino la guerra de Libia; luego vinieron los ataques en Somalia; hubo ataques también contra el terrorismo en Pakistán", enumeró, entre otros casos, Pere Ortega, al dar a entender que la llamada guerra contra el terrorismo también constituye en sí mismo el terrorismo.
De acuerdo al pacifista, la campaña desatada por EEUU y sus aliados tras el 11S tuvo entre sus efectos un aumento vertiginoso del "extremismo violento", término que considera más adecuado que el de terrorismo, dado que la definición de esta última palabra es a veces "un tanto equívoca".
Añadió asimismo que la retórica que acompañó a la "estrategia belicista" norteamericana y de sus seguidores alentó la islamofobia, instigando la marginación de las comunidades islámicas arraigadas en Occidente, lo cual tampoco contribuyó a la seguridad.
"Hemos caído en la trampa que nos brindó EEUU", lamentó Pere Ortega, quien insistió en que el "camino para conseguir la paz" no pasa por la guerra.