La Diada de Cataluña, que se celebra el 11 de septiembre, arranca siempre con una ofrenda floral de instituciones, partidos y entidades al monumento a Rafael Casanova de Barcelona. Este año, el coronavirus no ha impedido la realización del formato, que se ha llevado a cabo bajo unas medidas inusuales, pero tampoco ha evitado otros actos habituales: los enfrentamientos entre distintas facciones de la población.
Varios espectadores le gritaban y algunos aplaudían hasta que agentes de los Mossos d'Esquadra (la policía autonómica) se lo han llevado fuera del lugar. Entonces ha sido una mujer la que retiraba la segunda bandera, antes de que un grupo de ultras entonara una canción con la señera y la rojigualda a hombros. En algunas ocasiones, uno de sus miembros respondía a insultos de los asistentes. Y un matrimonio, portando los colores de España, se ha marchado entre abucheos, con un pequeño rifirrafe previo.
Siempre hay un sicario de la ultra derecha provocando a las personas pacíficas.
— Noa Gresiva (@NoaGresiva) September 11, 2020
Cake Minuesa en la diada de Catalunya. 👇 pic.twitter.com/w2Smc6MeEe
Coinciden estas escenas con lo que pasa a menudo, dado el choque de sectores nacionalistas catalanes y españoles. El año pasado, por ejemplo, dos personas situadas en el balcón de un hotel adyacente al monumento emitieron a todo volumen el himno español por unos altavoces mientras sonaba Els Segadors por la megafonía oficial cuando el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y los miembros de su Govern realizaban la ofrenda.
Se han comunicado a lo largo de la mañana algunos piquetes en vías de tren y conatos de reyerta en las calles. Y la asociación Societat Civil Catalana había fletado una avioneta para volar sobre las playas de Barcelona y Girona con una pancarta en la que se lee Aturem la decadència (Paremos la decadencia). La acción ha culminado una campaña del colectivo que ha consistido en la distribución de carteles en los que se denunciaba la pérdida de inversión extranjera o la caída de Cataluña en el ranking de regiones europeas.
Unos encapuchados queman un retrato de la Familia Real en el Born para "celebrar" la Diada.
— Guaje Salvaje (@GuajeSalvaje) September 11, 2020
Como siempre, es libertad de expresión de la "gente de paz".
Pero si quemas una foto de los MHP Puigdemont o Torra sería un ataque fascista, un delito de odio y un acto de catalanofobia. pic.twitter.com/RvE2V5xIsU