Antes de que la nave despegara del aeropuerto de Kushiro en Hokkaido, en el norte de Japón, unos miembros del personal de la aerolínea japonesa de bajo coste Peach Aviation se fijaron en que un pasajero iba sin mascarilla.
La tripulación le pidió que se la pusiera para cumplir con la normativa sanitaria, pero este se negó.
Siguió sin querer cumplir con las directrices después de que el avión despegara, e incluso comenzó a gritar cuando las azafatas le volvieron a advertir de las consecuencias de no llevar mascarilla. Al final, la nave realizó una parada no planeada en el aeropuerto japonés de Niigata.
La tripulación dejó al pasajero en tierra y el avión llegó a su destino previsto, el aeropuerto de Kansai, en la prefectura de Osaka, en el oeste del país, dos horas y 15 minutos más tarde de lo previsto debido al incidente.
Había otros 124 pasajeros a bordo del vuelo, y algunos de ellos expresaron su preocupación por el comportamiento agresivo del hombre.