"En este país se respeta el derecho a la manifestación, el derecho a la concentración y a la expresión, todos los derechos fundamentales", afirmó Torra durante la sesión de control a su Gobierno en el Parlamento de Cataluña.
El líder independentista afirmó que los organizadores de las protestas convocadas el próximo 11 de septiembre aplicarán "todas las medidas y prevenciones posibles" ante el virus y se negó a prohibirlas.
Sin embargo, ni el presidente ni su Ejecutivo acudirán a las concentraciones organizadas por los sectores independentistas para reclamar un año más la separación del resto de España.
"Como miembros del Gobierno, buscaremos fórmulas alternativas como la presencia en los balcones y no habrá asistencia física", dijo la portavoz catalana.
El Gobierno catalán también suspendió los actos previstos en torno al Día Nacional y solo mantiene la tradicional ofrenda floral a la estatua de Rafael Casanova, la máxima autoridad política de Barcelona cuando la ciudad fue invadida en 1714 durante la Guerra de Sucesión española.
La pandemia del coronavirus obligó al independentismo a renunciar a sus tradicionales manifestaciones masivas que cada año reúnen a cientos de miles de personas.
Pese a eso, las entidades convocantes prevén movilizar a unas 48.000 personas en más de un centenar de puntos de toda la región, con 10.000 de ellas llamadas a protestar en Barcelona.

"Nos preocupa el antes y el después de la concentración: desplazamientos, reencuentros, que la gente quede... Es importante que seamos conscientes de que estamos aún en una crisis sanitaria", trasladó Budó a los independentistas.
El Gobierno catalán recomendó a aquellos que participen en las protestas que vayan directos a sus casas cuando terminen y que limiten al máximo el contacto cercano con otras personas.