"Se me ha quedado fama de genocida por hablar de cloroquina y porque algunos creen que debería hacer algo más, ¿cómo? ¿si fui impedido en muchas cosas por el Tribunal Supremo Federal?", dijo el presidente en un evento con integrantes del movimiento "Médicos por la Vida", defensores de esa sustancia.
Al citar al Supremo Bolsonaro se refiere a la decisión judicial que determinó que gobernadores y alcaldes también tenían competencias para tomar medidas referentes a la pandemia y que en muchos casos diferían de las dictadas por la presidencia.
Bolsonaro volvió a defender la cloroquina, a pesar de que no hay evidencias científicas que comprueben su eficacia, y aseguró que si se hubiese utilizado desde el inicio de la pandemia "casi 40.000 personas podrían haber salvado la vida".
El presidente lamentó que en Brasil el asunto haya sido "politizado" y, al igual que hizo la semana pasada, volvió a remarcar que nadie está obligado a vacunarse contra el coronavirus.
"No se puede atar a un tipo y vacunarlo", subrayó.
Este mismo martes, el ministerio interino de Salud, Eduardo Pazuello, aseguró que a partir de enero se empezará a vacunar en masa a la población, contra una enfermedad que de momento ya ha dejado casi 127.000 muertos y más de cuatro millones de contagios.