En el pueblo de Hinkley, en el desierto californiano de Mojave (noroeste de Los Ángeles), viven menos de 2.000 personas que día a día se preocupan por aprender cómo eliminar la contaminación química de sus tierras y aguas. Asuntos que necesitan resolver por sobrevivencia, más que por curiosidad.

La compañía de servicios públicos fue declarada responsable de verter cromo hexavalente (también conocido como cromo-6), un elemento cancerígeno utilizado para suprimir la formación de óxido en la estación de compresores de gas de Hinkley, en un estanque sin revestimiento en los años 1950 y 1960.

El producto químico se filtró en las aguas subterráneas de la ciudad y perjudicó severamente a la población. PG&E ocultó la crisis y engañó a la comunidad sobre los efectos de ese tipo específico de cromo y su posible conexión con los problemas de salud de la ciudad.
Sin embargo, una investigación publicada en el portal de periodismo de investigación Grist, reveló que lamentablemente hoy los habitantes de la ciudad tóxica continúan luchando por vivir en un ambiente sano.
¿Qué pasó después de Erin Brockovich?
Todo lo que queda en el pueblo hoy en día son unos pocos grupos de casas, un desguace, un centro comunitario, una lechería, y la infame estación de PG&E que se conecta al vasto sistema de tuberías de gas natural, relata Max Genecov en Grist. En las últimas décadas Hinkley ha ido perdiendo población; centenares de habitantes se han ido de esta localidad. Muchas personas han decidido venderlo todo e irse. Según Vice, la compañía ha adquirido en los últimos años más de dos tercios del total de las propiedades de Hinkley.
A pesar de haber transcurrido 25 años, PG&E aún no ha desarrollado un plan definitivo para descontaminar totalmente las aguas subterráneas. Un estudio de factibilidad de PG&E de 2014 citado por Genecov encontró que la eliminación de casi todo el cromo de algunas de las áreas más afectadas podría tomar entre 11 y 50 años.
En 2015 la junta de aguas local ordenó a PG&E limpiar y disminuir el cromo (porque las cantidades habían continuado creciendo). El documento advierte que el 80% de la limpieza debería completarse para 2032.
¿Quién es Erin Brockovich y qué hace hoy?
A los 60 años y aún con muchos millones ganados en juicios, Brockovich no baja la guardia y sigue trabajando en la causa de siempre: la contaminación del agua.

Su último libro, Superman 's Not Coming (Superman no está viniendo), relata su experiencia, que ella resume así: "'Erin Brockovich' se ha convertido en sinónimo de investigar y luego defender una causa sin rendirse".
Bob Bowcock, un experto en calidad del agua que trabaja con Brockovich cuenta a Para Ti que ella tiene un "ridículo sexto sentido" y que "nueve de cada 10 veces" sus corazonadas se ven confirmadas por su investigación.
En diciembre de 2019 se conoció que (quizá) por primera vez Brockovich y PG&E estaban de un mismo lado de la vereda. La activista expresó su apoyo a un plan de la empresa para compensar a las víctimas de los incendios forestales causados por sus líneas eléctricas con 13.500 millones de dólares. "En primer lugar, compensarán justa y oportunamente a las víctimas de los incendios forestales. Este enfoque también permitirá a la empresa seguir ayudando a cumplir los objetivos del estado en materia de clima y energía limpia", dijo Brockovich en ese entonces.