La operación, denominada ACLIS, se inició a raíz de los controles de mercancías que realizan la Guardia Civil y la Agencia Tributaria en el puerto de Barcelona. Durante uno de estos controles el pasado mes de marzo, se detectaron unos contenedores procedentes de Colombia que parecían sospechosos para los agentes. En su interior encontraron una partida de máquinas troqueladoras compuestas por nada más y nada menos, 121 kilogramos de cocaína.
Se creó un equipo conjunto para seguir investigando el caso y se dieron cuenta que la organización criminal que había orquestado el envío de cocaína, estaba modificando la ruta de entrada de sus envíos, ahora a través del aeropuerto de Bilbao y en el mes de abril se detuvo en Santander a un componente de la banda criminal que se encargaba de recibir los envíos y ocultar la droga.
La operación finalizó en junio con la investigación del último integrante de la organización, responsable de la importación de la maquinaria en Santander.