Iban 33 minutos del segundo tiempo cuando el uruguayo Luis Suárez y el italiano Giorgio Chiellini se desplomaron juntos sobre el área italiana del campo de juego del Arena das Dunas de la ciudad de Natal. Se disputaba la última fecha del Grupo D de la primera fase de la Copa del Mundo de Brasil y ambos equipos buscaban asegurarse su lugar en Octavos de Final.
La historia es conocida: Suárez fue expulsado del torneo, Uruguay fue eliminado por Colombia en Octavos de Final de un torneo que finalmente ganó Alemania. El delantero fue sancionado de forma ejemplar pero ese mismo verano llegó al Fútbol Club Barcelona, donde se consolidó como uno de los mejores delanteros de Europa.
Si bien Suárez supo alejarse de las polémicas, aquella mordida sobre Chiellini no dejó de perseguirlo, al punto en que los encuentros entre el Barcelona y Juventus, equipo del que el italiano es capitán, siempre desataron el morbo de fanáticos y medios deportivos.
Quizás fue por esto que Suárez decidió telefonear a Chiellini en los últimos días. Según informó el medio italiano Gazzetta dello Sport, el uruguayo se comunicó con el capitán italiano ante la firme posibilidad de ser compañeros de equipo.
Limada la aspereza entre ambos, la llegada de Suárez al Juventus parece casi un hecho. Incluso los medios internacionales aseguran que hay acuerdo económico y la única traba, por el momento, es la falta de pasaporte comunitario del uruguayo, quien hasta ahora se beneficiaba del pasaporte italiano de su esposa, algo que no es suficiente para la legislación del fútbol italiano.
Los fanáticos de la vecchia signora ya se ilusionan con una delantera con Suárez, Cristiano Ronaldo y el argentino Paulo Dybala.