"La Fiesta Nacional de este año es diferente, por el COVID-19 y la crisis económica y social que le sigue. Este 11 de septiembre nos volveremos a movilizar para demostrar que el independentismo es capaz de afrontar grandes retos y dificultades", manifestó en un comunicado una de las entidades convocantes, la Asamblea Nacional Catalana (ANC).
La pandemia del coronavirus obligó al independentismo catalán a renunciar este año a sus tradicionales manifestaciones de cientos de miles de personas para conmemorar la denominada "Diada" de Cataluña, la principal festividad de la región.
Algunas de las movilizaciones de los últimos años llegaron a superar el millón de asistentes, como la enorme concentración en forma de "V" a la que se unieron 1,8 millones de ciudadanos en 2014.
Para este 2020, los convocantes proponen protestas controladas frente a más de un centenar de edificios de la Administración General de 82 municipios de toda la región, como estaciones de ferrocarriles, juzgados y sedes de la Seguridad Social y la Agencia Tributaria.
"Para recordar donde está el poder que aspiramos a reemplazar, para ejercerlo en beneficio de los ciudadanos de Cataluña", sostuvo la ANC en su anuncio.
Frente a estos edificios se desplegarán pancartas con mensajes "ilustrando los agravios que sufre Cataluña dentro del Estado español" que "evidencian la necesidad de conseguir un Estado independiente lo antes posible".
Para ello, la ANC habilitó un sistema de inscripción previa para los ciudadanos que quieran asistir y establecerá controles de aforo el día de las manifestaciones.
El objetivo es que en cada punto se reúnan unos pocos cientos de personas, aunque en Barcelona habrá hasta 10.000 manifestantes repartidos en cuatro puntos.
Desde la capital catalana se harán los tradicionales discursos de líderes independentistas, que serán retransmitidos para los que protesten desde sus hogares.