Los días 27 y 28 de agosto Berlín acogió un encuentro informal de los ministros de Exteriores de la UE que examinaron, entre otras cuestiones, la situación en Bielorrusia.
"Lamentablemente, la UE no evitó intentos de influir en la situación en Bielorrusia y se hicieron llamamientos —cada vez más insistentes— a incrementar la financiación de la oposición bielorrusa, lo que contradice el principio de no injerencia en los asuntos internos de los Estados soberanos", destacó Zajárova.
La diplomática dijo confiar en que la UE logre adecuar su política a los principios que recoge el Acta final de Helsinki sobre Seguridad y la Cooperación en Europa (1975).
Bielorrusia es escenario de protestas desde el 9 de agosto por los resultados de las elecciones presidenciales que revalidaron al actual mandatario, Alexandr Lukashenko.
La oposición bielorrusa exige una repetición de los comicios, opción que Lukashenko ha descartado en términos contundentes.
En los primeros días de las protestas las fuerzas del orden recurrieron a gas lacrimógeno, balas de goma, cañones de agua y granadas aturdidoras para dispersar a los manifestantes.
Según el Ministerio del Interior, los primeros días de las movilizaciones se saldaron con tres muertos, centenares de heridos, entre ellos más de 120 agentes, y más de 6.700 detenciones.