Durante el experimento, Charles Hofling llamó a varios hospitales y se presentó como un médico llamado señor Smith.
Pese a que las ampollas del medicamento ficticio estaban claramente marcadas con la dosis máxima segura, 21 de las 22 enfermeras estuvieron a punto de matar a sus pacientes.
Afortunadamente, los organizadores no permitieron que las enfermeras aplicaran las inyecciones, de modo que nadie resultó herido. El escalofriante experimento psicológico tenía por objeto demostrar que la obediencia tiene una gran influencia sobre nuestras acciones.